En nuestra sociedad, con tanto marketing de la anorexia, tener unos kilos de más puede ser un problema para la autoestima y, como correlato, para relacionarse con los demás. El complejo por la gordura está a la orden del día para hombres y mujeres. Y si esto es así al hablar de un poco de sobrepeso, la cosa se potencia cuando se trata de obesidad.
No sólo no es fácil convivir con el prejuicio reinante: para un gordo puede ser más difícil que para un flaco hasta conseguir trabajo. Ni hablar de encontrar pareja. Pero, aunque muchos no tengan ganas de pensar en el tema, el sexo después de los 200 kilos existe. Para algunos es un fetiche y disfrutan especialmente del tema, para otros es lo que hay. Y lo cierto es que las cosas cambian un poco. Por ejemplo una pareja de obesos tendrá dificultades para practicar la clásica postura del misionero. Es cierto que existen algunas dificultades "extra", para el sexo, sin embargo, y eso me parece interesante, la revista señaló en un artículo que genera más impedimentos la ansiedad que la adiposidad.
Es que tanto para los gordos como para los flacos, los principales enemigos de la sexualidad son el miedo al rechazo, el miedo de no cubrir las expectativas de la pareja, el miedo de "no poder", entre otros disparadores de ansiedad.
Y la verdad es que si un gordo logra tener una buena actitud frente al sexo y una buena pareja para el sexo, lo único "extra" que va a necesitar, es encontrar una buena posición.
Para las mujeres gordas será de utilidad colocar un almohadón debajo de la cintura y levantar las piernas, para los señores obesos será mejor mantenerse de pie o sobre sus rodillas que acostarse sobre la señora. Ambas alternativas favorecerán una penetración más profunda.
Muy recomendable es que la mujer gorda vaya arriba de su pareja. Y, en el mismo sentido, es interesante saber que las mujeres, aún cuando sean pequeñas o parezcan frágiles, son capaces de resistir una buena cantidad de peso encima. Eso sí, los señores tendrán que suspenderse sobre sus brazos. La posición del perrito es, también, de lo más recomendable.
Quedarse cortos con la respiración es otra de las dificultades que puede generar la obesidad. Así que se aconseja en estos casos, lo mismo que se les recomienda a los eyaculadores precoces: buenas estimulaciones previas a la penetración. No ir a buscar largas cabalgatas, sino más bien alargar juegos muy excitantes y penetrar cuando el orgasmo esté más cerca que lejos.
Grandes rollos permiten encontrar muchos huequitos para estimular el pene. Los dedos pueden hacer grandes favores al placer de una mujer. Y ahí sí, para los gordos, como para el resto de los mortales, la imaginación es la mejor herramienta para el sexo.
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