Alejandro era un adolescente de 18 años muy tímido, alto, desgarbado y algo torpe, pero que tenía una cosa muy clara: quería trabajar en los medios. Había grabado unos videos de un viaje por Londres y los mandó a varios canales, con cierta esperanza mezclada con ingenuidad. El material llegó a manos de un prometedor periodista y conductor que estaba a punto de empezar un programa que iba a revolucionar la televisión de principios de los 90.
El adolescente era Alejandro Wiebe, hoy conocido como Marley; el conductor y periodista, nada menos que Nicolás Repetto; el programa era Fax. "La verdad que a mí me sorprendió, porque no me conocía y nadie me recomendó -dice hoy Marley (3, 2, 1... A ganar!, por Telefe), ya consagrado como uno de los conductores más importantes de la tele-. Yo llamé de la calle, como cualquiera, y me recibió el video sin saber quién era, le caí bien y me dio una oportunidad. Pero eso no es muy común."
La trayectoria de Repetto (Nico trasnochado, los sábados a las 21.30, por El Trece) es conocida, y sus programas siempre tuvieron un sello de novedad. Más allá del mayor o menor rating, merecen sus páginas en cualquier enciclopedia de la televisión argentina. Entre sus virtudes hay una que se destaca: por sus filas pasaron actores, periodistas, comediantes que hacían sus primeros palotes en la TV más popular y que, gracias al ojo clínico de Repetto, se perfeccionaron y dieron el salto que los llevó a tener un nombre propio dentro del mundo del espectáculo.
Además de Marley se puede hablar de Favio Posca, Pablo Cedrón, Gerardo Rozín, Laura Oliva, Martín Campilongo "Campi", y tantos otros. "Lo fundamental es que el talento es de ellos -aclara Repetto-. Lo unico que tuvieron conmigo fue una oportunidad, si la hubieran tenido con otro tambien habrían triunfado."
"Es un tipo con mucha intuición -analiza Posca-, es alguien que abrió caminos y lenguajes y permitió estar en la tele a tipos como yo, que aparentemente era imposible que estuviéramos." Posca ya había trabajado en televisión en el legendario De la cabeza -germen de lo que después fue Cha Cha Cha- y tenía un espectáculo en el Paseo La Plaza con su personaje "El Perro", pero Repetto apostó por ese comediante extremo y lo puso en pleno mediodía de Telefé, en el exitoso Nico. "Después, con Susana Giménez, (mi personaje) Pitito duró cuatro programas. No lo bancaron, me dijeron Favio, hay quejas, no podés seguir -revela Posca-. Tal vez hubiera pasado con Nico lo mismo si él no hubiera puesto la voluntad y la data y la información que había en la cabeza para entender lo que yo hacía. Debo admitir que debido a eso tuve mucha más popularidad."
Un caso parecido fue el de Pablo Cedrón, que ya hacía el psicólogo paraguayo Nelson Carmen Gómez en Cha Cha Cha. Repetto lo convocó para hacerlo en Nico y a pesar de su resistencia -no quería la exigencia de hacer algo en vivo, le parecía que quedaba descontextualizado- aceptó porque necesitaba el trabajo. "Es una persona de gran profesionalismo en lo que hace, con un gran sentido del tiempo televisivo y de lo que el público espera -reflexiona Cedrón-. Si en algo pudo haberse destacado el personaje que hice fue debido a que él me acompañó y me incentivó a desarrollarlo, generando la confianza necesaria."
Lo que insinúa Cedrón lo dice más claro Campi, que debutó en televisión en la famosa tribuna de Nico con su personaje de Pucheta. "Cuando venís del under pensás que son todos unos pelotudos hasta que los conocés y te das cuenta de que es gente que está ahí porque sabe mucho de lo que hace -reconoce-. Yo estaba haciendo Pucheta y el pibe (Repetto) me quería cambiar un remate que yo venía haciendo muy efectivamente en el teatro. El me explicó que para la televisión eso no podía funcionar. Vamos a hacerlo así y lo rematás así , me dijo, y fue una trompada." Así nacieron los latiguillos de Pucheta como "piel de gallina" o "la ley".
Laura Oliva recuerda con precisión el primer día de casting para participar de la tribuna de Nico: "Nicolás estaba bárbaro, súper simpático, súper contenedor, clarísimo en lo que quería, pero era Nicolás, ¿viste? Por más que esté bien, que esté mal, es Nicolás y se te hiela la sangre cuando lo ves", grafica. Oliva debutó en la televisión gracias a Repetto, pero fue también gracias a él que trascendió a sus personajes: "Cuando no era nadie, me dio mi primera oportunidad y siempre me bancó. Fue él quién me ofreció hacer Infómanas y me dio la oportunidad de dejar de hacer personajes y mostrar un poco más de mí -agradece-. Fue la bisagra que empezó hacer que la gente relacionara más mi cara con mi nombre, porque hasta ese momento era la jubilada o la policía ."
Otro que ganó reconocimiento gracias a Repetto fue Gerardo Rozín, que ya tenía una trayectoria como periodista de gráfica y productor. Trabajaba detrás de cámara en Sábado Bus hasta que un buen día Repetto le propuso sentarse a la mesa para entrevistar a los invitados. El ojo no le falló, porque hoy Rozín es uno de los mejores entrevistadores que hay en la TV. "Es una máquina de enseñarte porque es el mejor en muchos rubros que la gente no conoce -elogia Rozín-. Por ejemplo, el ojo de Nico para cortar el material y ponerle música, yo no se lo ví a nadie más. De estar al lado, algo te tiene que quedar."
Como dice Rozín, Repetto no es sólo un "seleccionador". También lo reconocen como formador. No sólo los latiguillos de Pucheta o la confianza que le dio a Cedrón para trabajar en vivo. También en el detrás de cámara. Marley recuerda su tarea como posproductor de Fax. "A mí me enseñó mucho de la estética de la televisión, porque Fax en su momento revolucionó un poco la estética -agradece Marley-. Yo entraba y editaba mi sección sin que nadie me dijera nada y a él le gustó la forma de editar. Yo nunca había hecho edición, ésa también es una confianza. Porque yo podía ser un pendejo de 19 y estaba editando notas políticas."
Cuando a Marley le ofrecieron trabajar en 360, todo para ver, se lo fue a plantear a Repetto: "Me dijo que se sentía feliz, pero al mismo tiempo había invertido en enseñarme. Como que le daba cosa, que es lógico que uno quiera crecer y seguir su camino, pero le daba tristeza, y a mí me daba cosa también dejarlo." Marley se fue, finalmente, y el resto es historia.
Otro conductor hoy consagrado a quien Nico le había puesto el ojo es Monchi Balestra. "No me olvido más -cuenta Monchi sobre el día que lo conoció-. Era mi primer contacto con Buenos Aires a nivel profesional, y la verdad que el flaco fue súper piola, agradable, buena onda. Sentí como que estaba tratando a un par.".
Finalmente el programa que iba a hacer Monchi Balestra con Repetto se frustró por la debacle de fines de 2001 y nunca pudieron trabajar juntos. Pero gracias a esa experiencia se quedó en Buenos Aires e hizo una carrera que lo llevó incluso al plano internacional con Latin American Idol. Por eso siente que le debe, y menciona algo que destacan todos: "Me da la sensación de que es un tipo que tiene una intuición, una sensibilidad... yo era un perfecto desconocido para él."
Tantos elogios contrastan con esa fama de soberbio con la que el propio Repetto reconoce cargar. "Me gustaría hablarte mal, o sea, te hablo mal de mucha gente, no es que me hago el bueno, pero realmente no es así", dice Rozín. Laura Oliva también lo defiende: "Yo he escuchado decir eso de gente y después me pregunto, ¿desde qué lugar dicen eso? Es una persona hiper inteligente, cariñosa, contenedora. Tiene un humor ácido que me encanta, yo no lo relaciono con nada soberbio."
Fax, Nico y Sábado Bus fueron tres programas que conjugaron éxito y originalidad. Y aunque últimamente a Repetto le esté costando empardar sus propias glorias pasadas (Nico trasnochado promedia alrededor de 7 puntos de rating), ese importante puñado de jóvenes con talento y ambición a quienes les dio su primera oportunidad, a quiénes formó y enseñó el oficio, hoy habitan la pantalla chica en diversos canales y programas y colocan a Repetto en un lugar fundamental: el lugar del maestro.