Los que sientan admiración podrán tenerlos en una repisa. Y aquellos que los odien, podrán hacer Vudú con alfileres. Lo cierto es que el marketing presidencial sigue siendo buen negocio en EE.UU. La primera dama y el flamante Nobel de la Paz tendrán sus réplicas en muñequitos.
Una empresa fabricante de juguetes pondrá a la venta el mes próximo una muñeca Michelle Obama, que lucirá un sello distintivo: los brazos al descubierto.