Aunque los teléfonos celulares se convirtieron en los referentes de la música portátil, los reproductores de MP3 no están dispuestos a ceder más territorio y levantan la guardia. Cuáles son los beneficios y los inconvenientes que se esconde en cada opción.
La principal ventaja de los celulares multimedia es su precio. Así, mientras que el iPhone 3G cuesta $ 1.000, el iPod Touch alcanza los $ 1.400, ambos con capacidad de 8GB. Claro que después habrá que sumarle el abono mensual del equipo, que en la mayoría de los casos, incluye plan de datos, voz y mensajes de texto.
El argumento que todavía mantiene la esperanza de los reproductores es su dedicación exclusiva a la música. Al estar orientados a una sola función, todo es más simple, cómodo y fácil de realizar.
Aunque no siempre es cuestión de optar por uno u otro. Estos dispositivos pueden convivir en perfecta armonía en el mismo bolsillo. Así, el celular es ideal para escuchar música en trayectos urbanos y los reproductores de MP3 se hacen fuertes en deportes al aire libre y, juego de parlantes mediante, para usarlos como un minicomponente hogareño.
La regla indica que aunque el noventa por ciento de los teléfonos están preparados para MP3 no todos garantizan la adecuada fidelidad y una comodidad de manejo. Al momento de tomar una decisión, los más idóneos son los touch screen porque están destinados a un público que valora la música. Y también, los que exhiben teclas de manejo (volumen, adelantar y retroceder) en su carcasa.
A la hora de apostar por uno de estos aparatos, el tema de la capacidad es algo elemental. Con respecto a los celulares, salvo aquellos que vienen con un disco rígido interno, tienen un espacio limitado que se puede expandir a través de tarjetas de memoria.
Los modelos más recientes vienen con una tarjeta de 1GB. Pero el dato verdaderamente importante es saber hasta cuando se puede ampliar. Hay algunos que soportan 2GB y los más avanzados hasta 16GB. El problema es que admiten sólo una tarjeta.
Los reproductores portátiles se dividen en MP3 -con un aspecto similar al pendrive- y los de MP4, que vienen con una pantalla a color, que en algunos casos es táctil. Los primeros son bastante económicos: uno de 4GB ronda los $100 aunque al ser genéricos, son un poco más frágiles en su andar.
Algunos modelos de MP4 pueden extender su provisión musical mediante una tarjeta SD. También están los que incluyen una cámara de fotos que, para diferenciarlos se los llama MP5.
(Clarín)