"Vamos, vamos", gritan todos. Se alientan unos a otros. El nerviosismo va in crescendo. El debut está ahí nomás, a un minuto, según la voz del productor en piso. Nacho Goano va de la cocina al living -de la escenografía, claro- y habla, cucaracha mediante, con el director. Luli Fernández, la única mujer en ese vestuario de hombres que se convirtió el estudio, se toca su remerita rosa, mientras apoya sus piernas en el sillón. En el piso se ven unos patines, pero no son los rollers que olvidó un delivery, sino que son los aptos para pistas de hielo que la modelo usa en las prácticas de "Patinando por un sueño", el próximo reality de Marcelo Tinelli. A su lado, Leandro Leunis, periodista deportivo y locutor, posa como el más tranquilo. La cuenta regresiva llega a su fin y la luz roja se enciende. El nuevo ciclo de la tarde de TyC Sports, "Area 18" (lunes a viernes a las 18), tiene vida.
Como esos jugadores que cuando convierten su primer gol en primera se acuerdan de aquel que los descubrió tirando paredes en un potrero anónimo, el primer reflejo de Goano es agradecer al aire a Mario Pergolini. "Todas mis decisiones artísticas, la primera persona que se entera es él. Es mi persona de consulta, es quien me encontró, me armó y me formó. Así como algunos dicen yo estudio teatro con Norma Aleandro, yo estudio medios con Pergolini hace 17 años", suelta ante Ciudad.com el columnista de CQC.
El envío recién arranca, pero la fórmula de encontrar en Luli la primita recién llegada del interior a la que todos quieren contener, ya se distingue. Con espontaneidad, ingenuidad e información en dosis exactas, la chica que hizo hasta cuarto año en el Pellegrini y que copó las revistas después de conocer a Mick Jagger el año pasado juega sus primeras fichas televisivas. "La impunidad de la cara", resume con onda Goano, cuando Fernández se equivoca en un dato futbolístico. "No se me está poniendo en el lugar de la chica linda y tonta porque no lo soy. No soy periodista deportiva y lo que buscan en mí es espontaneidad. Me escuchás hablar en una comida entre amigos y soy igual que delante de cámara: cero artificial, cero producida en lo que digo, cero modelo. Chicas que estén todo el tiempo en pose hay un montón", se defiende ella.
Al costado del decorado, los que marcan su territorio son los reidores. Son tres detrás de un micrófono y no necesitan mirarse para saber cuando es "el" momento de la carcajada artificial. El pitazo final queda en manos de Nacho, quien sueña con instalar un nuevo clásico en la pantalla de TyC con el programa. Todos se abrazan y se felicitan. Leunis brinda con el trago que preparó Goano, al tiempo que Luli parte veloz para las prácticas de patín. Por un momento creemos que todos los están ahí se van con ella, porque la acompañan... al toque vemos que sólo con la mirada y, entonces, respiramos por la salud del auto que la espera afuera.
El programa, ágil, desacartonado, con humor e información, firma su primera victoria. Y, se sabe, la primera siempre es la más difícil.