"¡Volvé Paluch!", "¡Aguante Ale Lacroix!", "¡Ojo Wainraich con la gente de Chaca!"... Es miércoles y en el pizarrón del estudio número dos de Metro 95.1, algunos ya históricos integrantes de la radio se encargaron de dejarle a Sebas Wainraich ciertos "mensajes de aliento", para que su tercer día consecutivo de Metro y ½ sea a todo trapo. Él no se inmuta: es un viejo lobo de la radio. "Laburo en radio desde los 16 años, y en definitiva es una de las cosas que más disfruto", dice. "Hace rato tenía ganas de conducir para Metro. Me parece que es lo ideal, por la programación y la esencia de los programas. Además acá estoy rodeado de gente amiga. Estoy en mi salsa".
¿Qué otros planes tenés parar este año?
Por ahora, seguimos con TVR, con Kitsch (sketch de Duro de Domar) y con Cómico Stand Up 3. Estamos viendo si estrenar Cómico 4. Lo íbamos a hacer en agosto, pero ¡en ese mes voy a ser papá! Así que imposible. Este va a ser un año especial.
¡Felicitaciones! ¿La noticia te cambió?
El embarazo cambia. Me siento más responsable, tal vez poderoso, pero al mismo tiempo un poco más vulnerable. Es como una mezcla de un montón de cosas. Con mi mujer o mi señora, ya no sé como llamarla, estamos más unidos y eso está buenísimo.
Volviendo a la radio, ¿cuáles son las diferencias entre Metro y ½ y Wanna Be, tu programa en X4?
Para empezar, una hora menos. Además esta nueva propuesta tiene más contenidos en materia de artística. En la otra radio yo me tenía que hacer cargo de todo, mientras que en Metro siento que estoy jugando primera. Hay una producción un poco más completa, más fuerte. Así puedo delegar muchas cosas y ocuparme sólo de los contenidos.
Hasta ahora, al programa se lo escuchó muy "Stand Up"...
Es que tal vez yo soy así todo el tiempo. Me largo a hablar y listo. Durante algunos momentos el eje vira por ese lado. A veces puede ser que parezca que estoy en lo mismo siempre. Tal vez por el tono o el contenido de las cosas que hablo. Pero no siempre es así. A mi me gusta meter estilos periodísticos y hablar en serio. De hecho, para mi siempre hablo en serio.
¿Por qué elegiste como compañeros a Peto Menahem y a Julieta Pink?
Con Peto laburamos juntos en el programa anterior también. Me hace reír muchísimo. Yo se lo digo siempre. Y Julieta me encanta porque es un tanto desprejuiciada. Aunque suene machista es como que presenta un humor de hombre. No tiene miedo a sacar lo peor de una mina, a ser mala o a quedar como tonta. Es rápida, tiene buenas salidas y eso está súper bueno para la el programa.
¿Quique Prosen, el director de la radio, te dijo algo antes de empezar?
No hablé con él. Es que cuando entré me dijeron: "Quique no escucha los primeros programas, pero decide cuál es el último".
¿Cómo pensás hacer para no "pisar" el estilo del los otros programas de la radio?
En Metro hay un código de humor muy parecido. Todos tienen una esencia parecida y las diferencias las marcan los personajes. Pienso que en nuestro caso, al ser más corto el programa, tiene más ritmo. Los bloques son cortitos. Pero a mi me gusta que pase de todo. Falta que yo me lo ordene en la cabeza. Para mi en radio no hay que medir tanto en tiempo sino en criterio. O sea: si hay algo que está bueno, no veo por qué cortarlo.
¿Y cuál es el plus de la radio con respecto a la televisión?
No es que en la tele no la pase bien, al contrario. Ahora la radio me exijo más, es una actividad que más me gusta hacer, porque me encanta la chapa de cotidiano. El plus es que estoy más cerca de mi. El personaje de la radio es más parecido a Sebastián Wainracih, ahí puedo ser siempre como soy.
¿Qué opinás de esta radio que se nutre de figuras que llegan desde la tele?
A mí me parece que no está tan bueno, porque hay gente que sirve para radio y no para tele y viceversa. Hay tipos que son grosos: Víctor Hugo, Dolina, Lalo, que son tienen raza de radio, pero que en la pantalla chica no tienen la repercusión que otros, y lo propio ocurre con casos contrarios. Y para la calidad de la radio no está bueno eso.
¿Cambió mucho la radio desde que empezaste?
Claro que sí, en muchos aspectos. Por ejemplo, prácticamente se perdió eso del anonimato. Ahora cada una tiene su página web o podés ir a ver (aunque Dolina lo hace mucho), entonces le conocés la cara a todos. No se si está bien o mal, pero es así, es un proceso...
¿Lo decís porque llegaste a "Primera"?
Es un plus que la gente conozca mi cara y sepa quién soy. La tele, en ese sentido me ayudó a llegar.
¿Quiénes te marcaron?
Dolina un poco. Víctor Hugo y Lanata, en algún momento. Pergolini cuando hacía radio a la noche me gustaba, y Jorge Guuinzburg también. .¡Ah bueno y Peña!
¿Él te dijo algo del nuevo programa?
Si, se alegró. Ayer me dejó un mensaje al aire diciendo: "me gusta el programa, está bien. Si me aburro de la Negra (por el programa de Elizabeth Vernaci) te voy a escuchar.