Jenifer Lauría, la tercera eliminada de Gran Hermano 2024, pasó por All Access y conmovió profundamente a Lucila “La Tora” Villar cuando contó que fue víctima de violencia de género con una expareja.
Jenifer expuso que tiempo atrás estuvo a punto de entrar al reality, pero quien era su novio en ese momento le dio una brutal golpiza y no pudo asistir a un casting definitorio.
EL FUERTE RELATO DE JENIFER DE GRAN HERMANO QUE IMPACTÓ A LA TORA
“Me anoté, me llamaron y me presenté. En ese momento estaba saliendo con un chico y cuando le conté que me había anotado, me dijo: ‘Igual que te van a llamar’”, comenzó diciendo Jenifer.
Y continuó, seria: “Cuando me llamaron y le conté que tal día tenía que ir, me rompió la cara. Me dio tres piñas y me desmayé. No me presenté al casting porque tenía la cara rota, destrozada, y me dio vergüenza. Nunca lo denuncié. Después de eso, no lo vi más”.
LA TORA ROMPIÓ EN LLANTO, MOVILIZADA POR LA HISTORIA DE JENIFER DE GRAN HERMANO
Sin contener el llanto y sumamente movilizada con el relato de Jenifer, La Tora alzó su voz en su programa de stream: “Es muy importante hablar, no hacernos los tontos con ningún tema. Creo que todas las mujeres que estamos en esta mesa, no sé vos Flor (Regidor), sufrimos violencia de alguna manera. Abusos otras”.
“Es muy importante que se hable. No dejar pasar nada… Hay límites que no se pueden pasar y que se tienen que frenar. Si sufriste violencia de género, psicológica o física, denunciá. Tenés un número que es el 144, denuncia”, pidió La Tora, quebrada.
“Así como hoy lo cuenta Jenifer, le pasó a Luz y estoy segura de que en esa casa alguien más vivió algo similar. Hombres o mujeres, porque la violencia no siempre es con la mujer, pero nos pasa más a nosotras”, continuó.
“Vos contando esto, Jenifer, sos un testimonio para todos. Para Sabrina (Cortez) que está acá hoy y así (llorando). Y si están mirando este programa, nosotros somos su compañía y ustedes son la nuestra. Hablen, mándennos ese mensaje. Nosotros los leemos, les creemos y denuncien. No estén solos”, concluyó La Tora, en primera persona, quebrada, pero con los brazos abiertos para recibir a quien necesite ayuda.