En medio de la emoción que vivió al llegar a su primer objetivo en Cuestión de Peso (el programa que conduce Mario Massaccesi por eltrece) tras bajar más de 18 kilos, Oriana Urrutia se animó a un jugado cambio de estilo y se lookeó como Eugenia “la China” Suárez.
La joven contó con el asesoramiento de Bernie Catoira para la vestimenta y pasó por la peliquería para cambuar su color de cabello: “Siempre quise parecer a ella”, atinó a decir la joven, quien admira la belleza de la actriz y cantante, y que vistió su mismo outfit.
Fue entonces que, tras todo este proceso, el conductor invitó a Oriana a mostrarse en el estudio: “Esta fue la preparación, pero hay que recibir a esta campeona, que llega a su segunda alta”, expresó. Y cerró, antes de que Urrutia desfilara frente a los profesionales y el resto de sus compañeros: “Está emulando en este momento a su ídola, la China Suárez, pero es Oriana y es nuestra. Ya puede pasar”.
¡Una diosa!
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ORIANA URRUTIA CONTÓ SU DURA HISTORIA DE VIDA EN CUESTIÓN DE PESO
Una vez más, Oriana Urrutia abrió su corazón y compartió con sus compañeros de Cuestión de Peso un tremendo episodio de abuso que vivió cuando era una niña y que logró marcarla de por vida.
“Cuando tenía 11 años, estábamos festejando el cumpleaños de mi papá. Estaba lleno de gente afuera, adentro, por todos lados había gente. Vino un compañero que me preguntó dónde quedaba el botón del inodoro para tirar la cadena. Entonces yo le mostré. En ese momento, me agarró contra la pared y me tocó toda, por todos lados”, comenzó diciendo en el programa de eltrece.
“Mi vieja siempre fue mi protectora, la que me enseñó a defenderme, a estar atenta. Y siempre me decía ‘nunca dejes que nadie te toque’. Lo empujé, se cayó y se pegó un palo. El chabón estaba pasado, creo, de copas y se hizo pelota, y yo salí despavorida del baño”, agregó.
“Lo primero que atiné a hacer fue hablarle a mi papá y decirle. Él se metió al baño con él a hablar, pero mi papá también estaba en la de él y no entendió mucho, hasta que salió mi mamá y lo sacaron a las trompadas de mi casa con todos mis tíos. Es algo que me dejó marcada”, añadió.
“Es horrible sentirse desprotegida porque viene un hombre que quiere tocarte teniendo solo 11 años en mi propia casa. Nunca más. Fue algo que viví muy feo y muy violento”.
Y cerró, con lágrimas en los ojos: “No llegó a hacerme nada, pero gracias a la enseñanza de mi vieja. No llegó a ser un abuso, pero porque yo supe defenderme. Es horrible sentirse desprotegida porque viene un hombre que quiere tocarte teniendo solo 11 años en mi propia casa. Nunca más. Fue algo que viví muy feo y muy violento”.