La trayectoria de Marta González (79) en cine, teatro o televisión es tan prolífica que su currículum abarcaría casi una guía telefónica, pero como tantísimas personas mayores hace malabares para subsistir.
“Yo tengo la jubilación mínima”, afirmó en un móvil para Socios del Espectáculo.
“Este año se cumplen 75 años desde que se estrenó mi primera película; 70 años que Don Armando Discépolo me hizo subir a los escenarios como actriz; 50 de que se estrenó Boquitas Pintadas. (…) Y me pude jubilar con la mínima de ama de casa”, continuó artista consagrada.
“Me jubilé a los 60 años, y ya, si Dios y la Virgen quieren en dos meses cumplo 80. Lo que pasa es que antes trabajaba más, y la jubilación era un aportecito”, precisó la protagonista de Madre hay una sola (sábados 20.30 en Rawson 42).
LOS REBUSQUES DE MARTA GONZÁLEZ PARA MANTENERSE Y COMPRAR LOS MEDICAMENTOS
Entonces contó cómo hace para llegar a fin de mes: “Tengo a mi hija y a mi yerno que me ayudan, si no, no podría. Y no estoy llorando, porque vivo en un edificio divino, pero que me lo compré laburando. No le debo nada a nadie”.
“Tengo a mi hija y a mi yerno que me ayudan, si no, no podría. Y no estoy llorando, porque vivo en un edificio divino, pero que me lo compré laburando”.
“Yo no podría pagar las expensas de este lugar donde vivo. ¿Qué me tengo que mudar a los 80 años? Si esto lo pagué con el laburo”, continuó.
“Yo no podría pagar las expensas de este lugar donde vivo. ¿Qué me tengo que mudar a los 80 años?”.
Y si bien la medicina prepaga le cubre la totalidad de los medicamentos oncológicos, Marta reclamó: “Los que tengo que tomar por la presión; por la tiroides; para descansar; para estar más o menos eufórica; todos esos los tengo que garpar. ¡Ayer me hice socia de PAMI también!”.