“El que se enamora pierde” es una frase de la canción “Llora como un arrepentido” que hizo L-Gante en colaboración con la China Suárez. Y ya ni resulta curioso el hecho de que, anteriormente, L-Gante haya hecho una canción con Wanda Nara.
Pareciera que todos terminan en lo mismo: exponiendo su vida privada, generando canciones desde su intimidad, y luego quejándose del acoso del periodismo. Pero, la realidad es que ellos mismos juegan con esto.
El recurso de usar su vida privada y las indirectas en redes sociales para generar vistas y mantenerse en la cima es una estrategia común entre estos artistas.
Se tiran indirectas, aluden uno al otro y, cuando el escándalo estalla, culpan al periodismo de los juegos sucios que ellos mismos han provocado.
Es siempre la misma estrategia: victimización y vulnerabilidad aparente cuando, en realidad, se demuestran calculadores y estratégicos en cada acción.
Recurriendo al escándalo, generan atención y se aseguran de estar siempre en boca de todos. Se mueren si un día les quitan la lupa de encima.
Hacen el arte de aparentar que no les gusta el escándalo, pero la realidad es que les encanta.
Para enriquecer el contexto de los enfrentamientos entre la China Suárez y Wanda Nara, no podemos dejar de lado la supuesta infidelidad de Mauro Icardi con la China y la supuesta infidelidad de Wanda con L-Gante.
Esta triangulación se lleva de lo personal a lo comercial, usando a la prensa como amplificador.
Las indirectas de Wanda, donde acusa a la China de copiarla, y la aparición de la China haciendo un tema con L-Gante solo incrementan la polémica.
Lo que no podemos permitir es que se pongan en situación de víctimas indefensas del periodismo y de la prensa, siendo ellos mismos los que utilizan todo maquiavélicamente para promocionar sus acciones.
Después, niegan todo. Una, con carisma y divertida, ganando al público. La otra, con la frialdad de un témpano.