¡Hola a todos! Hoy nos sumergimos en un debate que está encendiendo el ambiente artístico y que se cruza directamente con la política. Vamos a ver cómo nuestras estrellas del espectáculo están tomando partido en cuestiones políticas, reflejando las grandes divisiones que vivimos hoy en día en nuestra sociedad.
Empecemos con Guillermo Francella, quien últimamente ha sido centro de la polémica y no solo por su talento actoral.
Francella ha expresado su conformidad con las reformas económicas y culturales propuestas por el gobierno, como la reducción del gasto público y la reestructuración de entidades estatales como el Incaa y el Cine Gaumont, medidas que el actor considera “más que necesarias” para el país.
Estas declaraciones han generado tanto apoyo como rechazo entre sus colegas y el público en general.
Dolores Fonzi, conocida por su militancia, no ha dudado en criticar duramente a Francella, llegando a decir que nunca trabajaría con una persona que, según ella, apoya políticas perjudiciales para la industria cultural.
Opinión que resulta, al menos, poco democrática; ya que se debería priorizar el respeto por pensar diferente y eso no debería afectar la convivencia laboral. Ni siquiera el hecho de pensar distinto debería terminar con una amistad.
Por eso celebro la postura de Florencia Peña quien ha defendido a Francella, argumentando que las críticas son exageradas y que todos los artistas tienen derecho a expresar sus opiniones políticas sin ser objeto de ataques personales.
Además, Mirtha Legrand también ha mostrado su descontento con las políticas actuales, especialmente en lo que respecta a la suba de precios y los cambios en el Incaa y el Cine Gaumont.
Ha expresado su preocupación por el cierre de estos espacios culturales, vitales para la identidad cultural del país. Finalmente en estos días se la vio a Mirtha muy contenta, luego de hablar con Carlos Pirovano, el nuevo director del Incaa, quien le confirmó que ambos espacios finalmente no serán cerrados.
Por otro lado, la conductora, quien ha recibido en su mesa a centenares de invitados con pluralidad de opiniones, apoyó a Francella dando el ejemplo de tolerancia y sabiduría, reafirmando la idea que se debe priorizar el respeto por sobre las disidencias.
Este entramado de opiniones nos muestra cómo el mundo del espectáculo puede ser un reflejo de las tensiones políticas y culturales más amplias del país.
Debemos reconocer que los artistas son personas con el derecho de manifestarse libremente en sus expresiones de apoyo o rechazo, y no es a ellos a quienes debemos solicitar explicaciones por la crisis en la que estamos inmersos.
Creo que últimamente hemos hecho pagar un costo demasiado alto a las figuras por expresar sus opiniones frente a una realidad que claramente, les excede.