La dinámica de Gran Hermano 2023 parece estar alcanzando su punto de no retorno con la creciente tensión entre Furia y Coti Romero, cuyo enfrentamiento sobrepasó los niveles de tensión para pasar a la agresión a través de sus mascotas de peluche.
En este caso todo se desencadenó cuando Coti descubrió que su muñeco Cocodrilo había sido “intervenido” por Furia, que lo colgó de una pared del dormitorio adrede, para testear la reacción de correntina.
“Siempre que dejamos algo ahí, algo sucede. Una fulminante, algo. Esa es la respuesta: hay que hacérsela”, aseguró Furia frente a las presentes, como justificando su accionar, y dejando en claro que hay “códigos” en Gran Hermano, como si se tratara de una prisión.
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Esto no hizo más que desencadenar la furiosa reacción de Coti, que dejó de lado toda diplomacia para devolverle a Furia la movida. Impulsada por la bronca, Coti dirigió su frustración hacia el peluche favorito de la entrenadora, Cariños.
Su acción no pasó desapercibida para el resto de los participantes, quienes presenciaron atónitos como ella llevaba el muñeco hacia la puerta de la casa y lo depositaba allí. Tras su reacción, volvió a la cocina a esperar a Juliana.
Para su sorpresa, Furia no se tomó a mal la reacción de Coti, e incluso se mostró contenta de que haya ocurrido, pero dejó bien en claro que no va a parar hasta que sea fulminada. Sin embargo, la participante comenzó a jugar con su peluche lanzándolo al aire con Emmanuel y ahí se desató un nuevo drama cuando la cabeza se le separó del cuerpo.
“Las macumbas funcionan”, rumiaba Constanza en la cocina ante la sorpresa de Darío y el resto de los participantes que en cómo esta relación sube en intensidad.
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