Para recordar los 42 años del inicio de la guerra en las Islas Malvinas, Ángel Carabajal, el creador de la obra Bien Argentino, viajó al lugar del conflicto y homenajeó a los soldados con un video que emociona.
EL VIDEO DE ÁNGEL CARABAJAL EN LAS ISLAS MALVINAS
LAS FOTOS DE ÁNGEL CARABAJAL EN LAS ISLAS MALVINAS
ASÍ FUE EL VIAJE DE ÁNGEL CARABAJAL A LAS ISLAS MALVINAS
“Cuando se anunció que la guerra había terminado, todos salimos a festejar. Habían pasado 74 días y el infierno en el que vivimos, llegó a su fin. La orden era clara: todos los soldados argentinos tenían que rendirse. Y de repente, del Monte Tumbledown, comenzó a bajar un grupo de hombres vestidos de verde. Pero no con las manos en alto: lo hicieron desfilando. Los ingleses les gritaban: ‘¡Manos arriba o les disparamos! ¡Última oportunidad: levanten sus abrazos o se mueren!’. Pero ninguno hizo caso. Estuvieron a segundos de perder la vida y no les importó. Su orgullo por ser un soldado argentino valía más que cualquier cosa. Nunca me voy a olvidar de esa imagen…”.
La anécdota, desconocida por muchos, la cuenta Ignacio, un malvinense que nació en Santiago de Chile, pero que hace más de 50 que vive en las islas. La historia que narra refiere a los Infantes de Marina del Batallón N°5 que llegaron al lugar el 7 de abril de 1982, al mando del Capitán de Fragata Carlos Robacio.
Por su valor y combatividad recibieron de los británicos el nombre de Batallón del infierno. El día de la rendición, apagaron sus radios para no tener que acatar ninguna orden. Ellos, los que habían combatido con gloria y honor, eligieron terminar esa guerra a su manera.
“Sentí una profunda corazonada en el pecho, de esas que no te dejan ni dormir ni pensar. Y entendí que tenía que hacer este viaje para rendirles homenaje a estos hombres que dieron la vida por su patria. ¿Qué descubrí en estos siete días? La huella imborrable que dejaron nuestros soldados. Un viaje que me llenó el alma. Vuelvo orgulloso de haber nacido en el mismo país que nuestros ex combatientes”, asegura Carabajal.
El 16 de marzo, acompañado por su equipo de trabajo, emprendió el viaje a las islas. ¿La idea inicial? Tomar imágenes y grabar un video para acompañar el tema La Carta Perdida, escrita por el excombatiente Julián Rattí e interpretada por la joven revelación de esta temporada de verano, la cantante de Marcos Juárez Sofía Arburua.
Todo ese trabajo de imágenes y fotos está acompañado por distintas pinturas del artista Matías Fondato, una promesa de las selecciones juveniles que hoy dedica su vida al lienzo y a los colores. Y si bien el resultado final fue tan emotivo como extraordinario, el viaje terminó siendo una de las experiencias más movilizantes en la vida de Carbajal.
“Lo pensamos como un verdadero homenaje a nuestros excombatientes. Quisimos rendirles todos nuestros respetos a los caídos y nos tomamos el tiempo para rezar por ellos en el cementerio de Darwin”, dice el productor.
El cementerio se encuentra a dos kilómetros de Puerto Darwin, en la isla Soledad, y a 88 kilómetros de la localidad de Puerto Argentino. Para llegar, hay que ir a pie por un camino de ripio y lo más probable es que en esta época del año, en algún momento, la lluvia se haga presente durante el viaje.
Y en eso estaba Carabajal cuando llegó al lugar. Lo que consiguió junto a su cámara, Thiago Pratto, fue increíble. Volaron un dron en una de las bases militares más grandes y custodiadas del mundo y tomaron las primeras vistas aéreas de Malvinas después de la guerra.
Y como corolario, una acción que bien les pudo valer la expulsión: abrazar a nuestros caídos de la forma que le hubiese gustado hacer a cualquier argentino: envolverlos con los colores de la patria. Así relata el productor esa proeza: “Después de saludar a todos, una fuerza sobrenatural nos invadió el alma. Y aunque sabíamos que estaba prohibido y que esto nos podría traer problemas, no lo dudamos y sacamos la celeste y blanca con una leyenda bien grande que dice: ‘Prohibido olvidar’. Por primera vez en la historia conseguimos que una bandera argentina flameara en el cementerio de Darwin”.