Valeria Britos debutó como actriz dramática en Aprender a volar y brilló en Por siempre mujercitas, pero ganó enorme popularidad cuando protagonizó La Nena con Rodolfo Ranni. De hecho, hasta el día de hoy, la recuerdan por su entrañable personaje, Magui.
Luego de ese éxito siguió actuando en programas como Aprender a volar, Ciudad Prohibida, Como Vos y Yo, Verano del 98, Código Negro y Rincón de Luz.
Vivió en México y Estados Unidos, hasta que nació su hija Camille, fruto de su relación con Christian Sancho. En ese momento, se alejó de la televisión para dedicarse al teatro y a estudiar Comunicación Social en la Universidad de Buenos Aires.
Su vida dio un giro de 180 grados cuando se separó de Sancho y se animó a emprender. En 2013, creó la productora Vale hacer Lio con su socio, Lionel Campoy. Se dedicó a la dirección, la producción y la creación de espectáculos infantiles.
La amistad con Lionel se convirtió en noviazgo y unos años más tarde se casaron para formar una familia ensamblada. Actualmente, viven entre Argentina y España mientras llevan sus proyectos dedicados al público infantil en ambos países.
ASÍ ESTÁ HOY VALERIA BRITOS
Valeria charló con Teleshow acerca de su vida nómade. “Siempre voy y vengo entre los dos países. En la pandemia, nos quedamos con mi familia de este lado porque suspendieron los vuelos. Estuvimos seis meses en Italia y después nos vinimos para España, donde teníamos todo, mis valijas”.
“Luego, cuando se abrieron los teatros, estuvimos de gira con la productora Vale hacer Lio. En un motorhome recorrimos Cantabria, Cádiz, Barcelona, Madrid...”.
“Estuvimos de gira con la productora Vale hacer Lio. En un motorhome recorrimos Cantabria, Cádiz, Barcelona, Madrid...”.
“Así que durante casi un año estuvimos yendo y viniendo. Nosotros no somos migrantes, no somos como otros argentinos que dejaron la Argentina porque buscaban algo mejor o porque no les gustaba o por lo que fuere”, contó.
Y agregó: “Nuestro caso es diferente porque nuestro corazón está en los dos lados, en realidad más en Argentina porque todos nuestros afectos están ahí. Así que siempre estamos muy presentes con todo lo que sucede allá. No es que nos hemos ido, siempre queremos volver”.