A pocos días del nacimiento de sus gemelas Laia y Aimé, Daniela Celis, en la dulce espera con su novio, Thiago Medina, contó que le duele muchísimo el cuerpo. Ya en la última etapa, el octavo mes de gestación, tiene fecha de parto programada para el 28 de enero. La que espera con ansias, ya que le duele todo.
“A esta recta final la estoy viviendo con muchas ansias y no veo la hora de que nazcan las bebas. La panza cada semana crece un montón y siento que en cualquier momento voy a explotar porque la piel se me estira mucho y siento dolores nuevos continuamente. Todo es muy hormonal, las percepciones también son nuevas y encima por dos ya que son dos las personitas que tengo adentro de mi panza”, contó Dani en diálogo con Pronto.
“Me paso la noche semi sentada en la cama y me cuesta conciliar el sueño. Tengo dolores de rodilla porque las bebas pesan mucho y a esta altura ya tengo 30 kilos arriba de mi peso. El calor y la retención de líquido me matan, casi no puedo caminar”.
Y enumeró cuáles son sus síntomas en la última etapa de gestación. “¡Me pasa de todo! Estoy en el tercer trimestre, que es el último, y ya casi no puedo dormir. Me paso la noche semi sentada en la cama y me cuesta conciliar el sueño. Tengo dolores de rodilla porque las bebas pesan mucho y a esta altura ya tengo 30 kilos arriba de mi peso. ¡Y eso que me cuido un montón en las comidas! El calor y la retención de líquido me matan, casi no puedo caminar”, sentenció, sincera.
A DANIELA CELIS LE ESTÁ COSTANDO DORMIR
Dani casi duerme sentada por los dolores.
“Semi sentada. Literal, como te lo cuento. Casi no descanso y a veces lloro porque no puedo dormir. Thiago está durmiendo, me escucha lloriqueando, me pregunta qué me pasa y le digo que no puedo dormir. Me duele todo el cuerpo, no encuentro ubicación en la cama y si me muevo a la derecha, me acalambro todo el lado derecho y si me pongo para la izquierda, me pasa lo mismo...”.
“Entonces intento boca arriba pero el peso me ahoga porque las bebés aplastan mis órganos y no me dejan respirar. Me ahogo y cada cinco minutos tengo que cambiar de posición, hasta que el sueño me supera y me duermo”, cerró, cansada.