Carla Lis Conti es la protagonista y autora de Dios salve a la reina, que estrenará el próximo 19 de enero en la sala 1 del Teatro Border (Godoy Cruz 1838, CABA).
La producción es de Marcelo Galliano, la dirección de Rodolfo Hoppe y habrá funciones todos los viernes de enero y febrero de 2024.
En la obra, su personaje, Ana Ramírez, narra en primera persona las circunstancias de una vida agitada, romántica y trágica, en los bordes de las conflictivas relaciones con su pareja, su madre y el mundo en general.
“Carla actúa, baila, toca la guitarra, sueña, ríe y llora en el escenario. La pieza es una especie de mini maqueta de una vida atroz y cómica a la vez”, describe Marcelo Galliano.
ENTREVISTA A CARLA LIS CONTI
-¿Cómo describirías el estilo y la temática de la obra?
-La obra es un unipersonal encarado desde la violencia, la cual es acompañada por la sumisión de la protagonista que a pesar de todo ama a quien la castiga psicológicamente. También es violento quien permite ser sometido, porque es una forma de castigarse dejando que sea el otro quien maneje la tortura. El estilo es tragicómico y va recorriendo tramos de una convivencia casi grotesca.
-¿Tienes alguna anécdota interesante o divertida durante la producción de la obra que puedas compartir?
-Bueno, momentos divertidos han pasado durante los ensayos y son varios, el que más me provoca contar es que durante un momento en que me voy enrollando con una tela bastante grande que cuelga desde techo, ajusté tanto las vueltas que quedé atrapada como un matambre y no podía salir y había que continuar con la escena; era estar metida dentro de un chaleco de fuerza pero de pies a cabeza. Atrapada sin salida.
-¿Qué desafíos enfrentaste al llevar a cabo este proyecto teatral?
-Los desafíos fueron muchos. Primero tomar la decisión en un momento en que la situación económica no es favorable. Buscar los recursos materiales y lo más importante: quienes estaban dispuestos a apostarle a este proyecto. Mi querido maestro Guillermo Battaglia siempre decía algo muy importante: “El fracasar es no intentar hacerlo”.