Victoria Vannucci viajó a Israel, en guerra con Palestina, como voluntaria con el objetivo de asistir a las víctimas civiles. Desde Tel Aviv, contó a corazón abierto cómo vive este preocupante conflicto armado que provocó miles de muertes.
“Cuando pasó lo que pasó, no fue solo la naturaleza, sino también aferrarme a lo que es el judaísmo, a Hashem que me mantuvo de pie en los peores momentos. Y lo mínimo que podía hacer es mostrar apoyo al pueblo judío, que es mi pueblo, mi comunidad”, sostuvo.
En esta línea, contó cómo les explicó a sus hijos Napoléon e Indiana sobre su decisión de ser voluntaria en el conflicto armado. “Absorbí el judaísmo y entendí que la verdad es el mejor camino, es una responsabilidad. Yo no les miento ni les oculto, los crío con el ejemplo y quiero que vean una persona con los valores bien puestos. No se puede dudar”, sumó, reflexiva.
¿POR QUÉ VICTORIA VANNUCCI VIAJÓ A ISRAEL?
“Doy un beso por cada miembro de mi familia. Estamos acá para proteger nuestra tierra. Obviamente que los héroes son los que salen a dar la vida por todos nosotros y lo mínimo que podemos hacer es ayudar a protegerla como hicimos todos estos años”, sostuvo, orgullosa de su decisión.
“Acá tengo muchos amigos que están peleando en distintos frentes. Rabinos que me ayudaron a este proceso interno de entender en profundidad lo que es el judaísmo, el significado de la familia, que estemos todos juntos. Sé que siempre me van a abrir las puertas y ahora me estoy quedando en la casa de uno de ellos”, añadió Victoria, sobre el motivo que la llevó a ser voluntaria en la guerra.
“Tenés un minuto y 15 segundos para llegar a un refugio, yo estaba ayudando en un puesto y no llegué. Cuando explotan los bombazos todo tiembla, se mueve el piso y me caí. Me dieron dos puntos en el labio, pero es la nada misma a comparación de lo que pasa”.
Antes de cerrar, contó que esta vivencia cambiará su vida para siempre. “Una cosa es verlo por la tele o las redes con la cantidad de fake news que hay. Cuando estás acá, la piel se te eriza, el corazón se te hiela y no volvés a ver la vida como antes. Estés donde estés, el corazón está roto. Es una línea moral, Israel somos todos, no importa que religión tengas. Acá estamos todos defendiendo lo mismo, es el bien contra el mal...”.
“Tenés un minuto y 15 segundos para llegar a un refugio, yo estaba ayudando en un puesto y no llegué. Cuando explotan los bombazos todo tiembla, se mueve el piso y me caí. Me dieron dos puntos en el labio, pero es la nada misma a comparación de lo que pasa. Vamos a buscar al colegio a nenes que se quedaron sin padres, o asistimos a ancianos que están solos y nos necesitan. Las personas que tenemos un poquito de voz o influencia tenemos que actuar ahora, en vez de hacer pavadas”, cerró, con firmeza.