A corazón abierto, Marcela Feudale, locutora del Bailando y panelista de LAM, reveló el motivo por el cual jamás habló públicamente de su vida amorosa. “Mantener mi vida amorosa en privado fue una elección personal desde siempre. Mi familia y mi vida amorosa me pertenecen. Es parte de que lo que cuido. ¿Viste que mis padres o mis sobrinos nunca aparecen? No fui de hacerlo muy público, salvo las veces que Marcelo requería de mamá o papá para algún homenaje en el programa”, reflexionó en diálogo con Pronto.
Acto seguido, remarcó que la exposición es “cruel” y que su familia es sagrada, por eso la cuida tanto. “Mi vida es mía y siento que algo te tenés que guardar para vos. La familia es el lugar donde uno se sana. La exposición es muy cruel y antes de las redes sociales también todo era salvaje. Que sepan dónde vivís o qué hacés no está tan bueno y siempre puse el límite: esto es mío, hasta acá llegamos. Esto lo entrego y esto no”, sumó, contundente.
“Mi vida es mía y siento que algo te tenés que guardar para vos. La familia es el lugar donde uno se sana. La exposición es muy cruel y antes de las redes sociales también todo era salvaje. Que sepan dónde vivís o qué hacés no está tan bueno y siempre puse el límite: esto es mío, hasta acá llegamos. Esto lo entrego y esto no”.
Además, habló de dos fuertes episodios que atravesó puertas para adentro, mientras seguía trabajando como todos los días. “Siempre lo sostuve y lo seguiré guardando. No me pareció nunca necesario exponer ese costado. Han pasado muchas cosas en mi vida, por ejemplo, nunca conté cómo falleció mi viejo ni cómo murió mi abuela. Son cosas mías. Es mi vida privada”, aclaró.
MARCELA FEUDALE HABLÓ POR PRIMERA VEZ DE SUS AMORES
“Tuve dos personas a las que amé muchísimo. Y rompiendo un poco con eso, en mi época cuando uno no mostraba la vida privada era porque salía con un tipo casado o eras torta. Así se decía: torta, no lesbiana. No me hace falta aclararlo, pero toda mi vida fui heterosexual”, sumó Marcela, sin filtro.
Y se despidió revelando lo que le escribían las personas que pensaban que era homosexual. “No es que no lo mostraba porque escondía algo. Años atrás, si eras homosexual tenías que esconder. Es horrible. Por suerte, la sociedad cambió. Pero a mí me escribían o me decían cosas horribles. ‘Esta es torta’ y no sé qué más”, cerró, haciendo memoria.