En medio del repudio a Aníbal Lotocki tras ser señalado por las muertes de Silvina Luna, Mariano Caprarola y otras víctimas fatales (además de los pacientes que denunciaron tener serios problemas de salud tras operarse con él), Martita Fort recurrió a las redes para hacer una firma aclaración sobre su recordado padre, Ricardo Fort.
“Me entristece mucho la condición de los pacientes de Lotocki y por todo lo que están pasando últimamente”, comenzó diciendo la joven en un posteo que subió a Instagram Stories.
“No obstante, me estuvieron mencionando mucho una nota donde se dice que mi papá fue uno de ellos, que murió por eso y quiero aclarar que no es así”, agregó, dejando en claro que el empresario no pasó por el quirófano del cuestionado doctor.
Y cerró, contundente: “Él nunca se operó ni se hubiera operado con él porque mi papá opinaba que no estaba en condiciones para operar, ya que fue uno de los primeros que lo denunció públicamente. Les deseo lo mejor a sus víctimas y ojalá puedan salir de esto”.
FUERTE RELATO DE UN CIRUJANO QUE ATENDIÓ A UNA EXPACIENTE DE ANÍBAL LOTOCKI
En medio del escándalo social y judicial que enfrenta Aníbal Lotocki tras ser señalado como el responsable de ejercer mala praxis en sus pacientes (muchos de ellos víctimas fatales como Silvina Luna y Mariano Caprarola), se conoció el testimonio de Andrés Felipe Díaz Paz, un cirujano que operó a Beatriz después de haber pasado por las manos del cuestionado médico.
“Nunca encontramos una sustancia líquida. Cuando ingresamos a cirugía, lo que veíamos era unas calcificaciones en todo el tejido muscular”, comenzó diciendo el profesional especialista en cirugía plástica en América Noticias.
“Nunca encontramos una sustancia líquida. Cuando ingresamos a cirugía, lo que veíamos era unas calcificaciones en todo el tejido muscular”.
“Entonces, no se podía desprender la sustancia libre del resto del tejido. Siempre era algo compacto, macizo y eso hacía que fuera imposible llegar a determinar qué era porque ya estaba impregnado e invadía gran parte del músculo”, agregó.
“No se podía desprender la sustancia libre del resto del tejido. Siempre era algo compacto, macizo y eso hacía que fuera imposible llegar a determinar qué era porque ya estaba impregnado e invadía gran parte del músculo”.
Y siguió: “En este caso, había calcificaciones sobre todo el tejido muscular e incluso, costaba muchísimo cortar ese tejido con el bisturí, tanto que tenías que amputar parte de ese tejido muscular para poder removerlo completamente”.
Por último, Díaz Paz dio a conocer la tremenda impresión que se llevó en plena intervención a la expaciente de Lotocki: “Desprendía un olor que nunca en la vida me lo voy a olvidar, era totalmente penetrante. No era olor a infección, era un olor a químico, una reacción química, que hasta el día de hoy, nunca lo he sentido”.