Buenos Chicos llegó a su tercer episodio de manera frenética ya que la banda de jóvenes protagonistas recibieron su primer encargo de parte del villano, Abel Guzmán (Joaquín Ferreira) pero las cosas se desmadraron.
En la línea de lo que venía sucediendo, los jóvenes fueron chantajeados por Guzmán, a quien le destruyeron su lujosa vivienda y le robaron 80 mil dólares como represalia por el intento de abuso de Eme (Carolina Unrein). Como el villano tiene una filmación del ilícito, ellos deberán devolverle hasta el último centavo “trabajando” para él.
De esta manera, Guzmán les “pasó el dato” sobre una casa de country vacía en la que el dueño dejó una caja con un valioso contenido, y hacia allí fueron los jóvenes, que contaban con la complicidad de un guardia del complejo.
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Pero mientras revisaban el lugar con linternas, los vecinos de la casa asaltada notaron los movimientos y llamaron a la guardia del country, donde el cómplice de Guzmán les señaló que se trataba de “su compañero haciendo la ronda de vigilancia”.
Como las palabras del vigilante no lo convencieron, uno de los vecinos decide salir de su casa, armado, para hacer justicia por mano propia; y casi lo logra ya que encontró a los flamantes ladrones desprevenidos.
Sin embargo, Giovanni (Lautaro Rodríguez ) desmaya al vecino de un golpe en la nuca y permite que sus cómplices puedan huir. Pero mientras se acomodaban en la camioneta en la que los esperaban Camila (Gina Mastronicola) y Angie (Agustina Tremari), el vecino disparó contra ellos y la bala impactó en Zeta (Tomás Kirzner), que se encontraba fuera del vehículo.
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