La llegada de Merlín Atahualpa (3) provocó un silencioso cambio en la forma en que Natalia Oreiro (37) encara el mundo. Artista de prestigio internacional, sobre todo en Rusia donde hace meses fue recibida como una mega star gracias a su música y la novela Muñeca brava, hace malabares para no descuidar su tiempo con el nene.
"No existe el exceso de amor. No creo que a un niño le pueda hacer mal que los padres quieran estar con él. Pero cada familia es un mundo. Yo lo tengo pegado todo el tiempo al gordo, pero mis padres no eran así".
La protagonista de Entre caníbales, ficción que estelarizará junto a Benjamín Vicuña, confesó: "La maternidad la llevo como puedo. Las grabaciones me matan y arranqué con Juan José Campanella para Telefé. Es mucho el trabajo". Luego, en la entrevista que brindó a la se refirió a la forma de criar a su hijo junto a Ricardo Mollo: "Trato de no imponerle nada: si bien tiene todas las guitarritas de su tamaño, ahora está a full con los autitos, como cualquier chico".
Aunque no debiera sorprender, Oreiro se sumó a la moda del colecho que puso en boga Paula Chaves con Olivia Alfonso. "No existe el exceso de amor. No creo que a un niño le pueda hacer mal que los padres quieran estar con él, y cuidarlo y quererlo. Disfrutar de la mirada de tu hijo en el amanecer es algo hermoso. Pero cada familia es un mundo. Yo lo tengo pegado todo el tiempo al gordo, pero mis padres no eran así".
"No me imagino siendo mamá nuevamente, criando dos chicos. Por ahora, no".
Por otra parte, Natalia Oreiro parece haber descartado la posibilidad de darle un hermanito a Atahualpa: "Todavía estoy en el proceso de aprender. Soy muy feliz así: me gusta estar muy presente en su crianza pero también en mi trabajo, y no me imagino en este momento siendo mamá nuevamente, criando dos chicos. Por ahora, no".
Al concluir la nota, la artista da cuenta de las transformaciones que experimentó a raíz de la maternidad: "Antes de ser mamá lo tenía mucho más clara, pero ahora estoy al servicio de una persona que me necesita, pero sin querer perder mi propio espacio. Trato de que esos dos mundos no choquen. (…) Tengo un trabajo que me encanta, puedo elegir de qué vivir".