La actitud frontal de Ivo Cutzarida (53) puede resultarle un arma de doble filo, ya que así como lo popularizó por su ya célebre "corta la bocha", podría restarle votos vitales en su carrera a la jefatura de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El actor que el domingo se medirá en las primarias para superar el umbral del 1,5% de votos válidos en el distrito para competir en las generales, fue sacado del aire de Infama cuando la entrevista derivó en una escandalosa discusión con los panelistas.
Ivo: "Si yo me tengo que defender, dejo de lado el cristianismo, el Martín Fierro, todo. Esto lo hacen todos los seres humanos del mundo. Ahora, si te agarro sin el chumbo, porque un juez te dejó libre… Yo no soy Cristo, digo hasta dónde llega mi límite. Si no entienden eso, muchachos, es porque son idiotas".
Más allá de las cuestiones ideológicas sobre las que debatieron en el comienzo del reportaje, el clima se enrareció cuando Débora D'amato reflotó la polémica foto con el motochorro Gastón Aguirre. "Hermanita, escuchame una cosa. A mí me sentaron a debatir con un tipo y le dije que tenía que estar preso. (…) Los que me crucificaron al lado de un ladrón por una foto, porque le pedí que se arrepienta, sáquense la careta. Si son cristianos, devuelvan las cruces. Si tenés un acta de bautismo, devolvé (la cruz)", arremetió Ivo.
Entonces, Marcela Feudale salió en defensa de su colega y marcó las presuntas contradicciones de Cutzarida, que continuó citando pasajes de la Biblia como argumento. "Si yo me tengo que defender, dejo de lado el cristianismo, el Martín Fierro, todo. Esto lo hacen todos los seres humanos del mundo. Ahora, si te agarro sin el chumbo, porque un juez te dejó libre… Yo no soy Cristo. Yo les digo hasta dónde llega mi límite. Si no entienden eso, muchachos, es porque son idiotas. Yo soy un tipo que no la careteo", explicó el flamante político ante las risas nerviosas de los periodistas.
La acalorada polémica luego mutó a chicanas respecto del código penal sobre la legítima defensa, con Ivo Cutzarida en estado puro, sin filtros inhibitorios. "Chicos, péguense una ducha de agua fría", remató el desafiante entrevistado. Demasiado para la paciencia de Rodrigo Lussich, que optó por dar por concluido el móvil.