A pocos días de haber comenzado el 2015, Samanta Farjat y el periodista deportivo Gabriel Anello vivieron el dolor más duro: la muerte de su beba, que nació prematura, con sólo cinco meses y medio de gestación.
La exmediática que cobró notoriedad como testigo clave del Caso Coppola, rompió bolsa y fue de inmediato a atenderse al Sanatorio de los Arcos, donde dio a luz a Franchesca, quien no logró sobrevivir.
"Cuando me dieron el alta nos fuimos directo a la cochería. Yo misma quería elegir el cajón, quise hacer todo. Me quedé en el auto con ella para hablarle y decirle un montón de cosas que no había tenido la posibilidad. Hubiese preferido que nazca ella y morirme yo".
Samanta habló con Pía Shaw en AM sobre el tristísimo momento: "A los cinco meses y medio de embarazo, justo el día antes de irnos de vacaciones, rompí bolsa. Empiezo a googlear y leí cosas terribles. Entonces me fui a la guardia y me revisó una ginecóloga, ya en ese momento era una catarata de líquido amniótico. Pero la doctora me dijo que la beba estaba bien. Lo que sí me dijo es que me tenía que quedar internada en reposo absoluto. Me habían anticipado que la beba no iba a nacer de nueve meses, quizás de ocho. De hecho, me explicaron que si llegaba a tener más de 38 grados de fiebre, tenían que inducirme el parto. Yo no les quería decir que tenía frío, por miedo, y al rato me tomaron y tenía más fiebre. Cuando me dijeron 'el médico está viniendo' sentí miedo por primera vez. Estuve tres horas en el quirófano y le llegué a decir 'dormime toda y no me despierten si no nace la bebé'. Finalmente la pudieron sacar y dicen que pudo dar un par de bocanadas para respirar por sí misma. Gaby la vio, le sacó fotos y cuando le puso la mano, ella le agarró el dedito".
Farjat siguió: "Yo estaba muy dormida por todo lo que me habían dado. Yo no la pude ir a conocer pero Gaby me trajo la foto y estábamos más tranquilos. Pero en un momento entró el jefe de Neonatología a mi habitación y cuando le vi la cara ya me di cuenta. Me dijo 'hicimos todo lo que pudimos, pero la beba era muy chiquita. Tenía un virus y cuando son tan chiquitos no tienen defensas'".
Samanta relató, con lágrimas en los ojos: "No logré verla con vida, entonces me fui a despedir. Era un mar de lágrimas yo. La pude levantar, la pude tener, darle un beso. Ahí me replantee que me tendría que haber levantado antes para haberla ido a ver, aunque no podía porque tenía veinte mil cables, pero te cuesta no tener culpa. Constantemente se me pasa eso por la cabeza. Con Gaby lloramos muchísimo, él trató de contenerme todo el tiempo. Después se me complicó y me agarró algo que los médicos llaman TEP (Tromboembolismo pulmonar) aunque para mí lo más grave fue perder a mi bebé".
Samanta Farjat, que ya es madre de Macarena (12, mientras que Anello es papá de Agustín, de 8), finalizó: "Me enojé mucho con Dios. Llegué a decir '¿por qué? ¿Me das algo y después me lo sacás, habiendo tanto hijo de puta y te llevás a una bebé?'. Cuando me dieron el alta nos fuimos directo a la cochería. Yo misma quería elegir el cajón, quise hacer todo. Yo la llevé con el cajón hasta el lugar del entierro y le pedí a Gaby quedarme con ella en el auto para hablarle y decirle un montón de cosas que no había tenido la posibilidad. Le dije todo lo que me hubiera gustado hacer con ella, lo que lamentaba lo que había pasado y lo mal que me sentía, que hubiese hecho cualquier cosa o incluso que hubiese preferido que nazca ella y morirme yo".