Estas celebraciones de Pascuas tuvieron un significado muy particular para Jorge Lanata (54) y su esposa, Sara Stewart Brown (40). Este fin de semana, la pareja recibió el alta médica tras un exitoso trasplante cruzado de riñón con donantes vivos, el primer procedimiento de estas características en América Latina.
El periodista se recupera en su casa de la compleja operación y, en diálogo con Arriba argentinos, el jefe de Unidad Renal de Fundación Favaloro explicó el procedimiento y fue optimista con la evolución de los pacientes.
"La vida será normal y lo importante es que detiene la evolución del daño cardiovascular. Ahora se tienen que cuidar de las infecciones porque el sistema inmunológico está reducido para que no rechace el órgano implantado, pero podrán reinsertarse a su vida familiar y social".
El médico Pablo Raffaele aseguró: "El balance es muy bueno, porque les fue muy bien a los cuatro pacientes. Es una estrategia para hacer un trasplante con donantes vivos pero con donantes cruzados, para beneficiar a los trasplantados por cuestiones de compatibilidad. La simultaneidad de la cirugía fue posible porque tenemos la estructura para hacerlo, había cuatro quirófanos, cuatro equipos y coordinamos para que los donantes tuvieran las , y los receptores estuvieran en condiciones de recibir el riñón correspondiente".
Como buen profesional, el doctor ponderó en el mayor detalle tanto la salud de Lanata como la del resto de los operados: "Los cuatro pacientes se fueron muy bien. Primero se fueron los donantes y el sábado se fueron los dos receptores. Los dos con buen ánimo, buen estado clínico y sin complicaciones quirúrgicas, y con muy buena evolución".
La nueva vida para el conductor de Periodismo Para Todos será mejor, pero continuará con monitoreos periódicos: "Esto es un cambio de tratamiento. Les esperan controles para ajustes de la inmunosupresión, que van a durar mientras duren los riñones. Estos y todos los pacientes trasplantados continúan con un tratamiento que evita el rechazo al órgano trasplantado. Los pacientes no necesitan más diálisis porque han reemplazado la función renal con un riñón que funciona. Antes lo reemplazaban con filtros de diálisis que purificaban la sangre. La vida será normal y lo importante es que detiene la evolución del daño cardiovascular. Ahora se tienen que cuidar de las infecciones porque el sistema inmunológico está reducido para que no rechace el órgano implantado, pero podrán reinsertarse a su vida familiar y social. Van a usar barbijo para evitar la tos de otras personas en lugares muy concurridos", concluyó Raffaele.
En casa :) pic.twitter.com/YlV6ts4JdU — Sara Stewart Brown (@KiwitaStewart) abril 4, 2015
Mi cumple feliz pic.twitter.com/bDQ6PhKwqG — Sara Stewart Brown (@KiwitaStewart) abril 3, 2015