Ana María Giunta murió en la mañana del sábado a los 71 años en su casa, tras años de lucha con su sobrepeso y demás derivaciones. A su lado siempre estuvieron presente su marido, Ricardo, y su hija, Gimena. Giunta será velada desde el domingo en Zucotti hermanos y, el lunes, sus restos serán trasladados al crematorio de Chacarita, donde le darán el último adiós.
La querida actriz dirigía una fundación llamada Talleres de arte integrados para la vida y desde allí sus allegados le confirmaron a Ciudad.com la triste noticia.
Su frágil salud hizo que a principios de 2014 transite una difícil situación y ella misma contó: "Estuve al borde de que me hicieran un coma inducido para hacer la técnica necesaria y que pueda volver a respirar sola. Los médicos dicen que no saben cómo se revirtió el proceso y no fue necesario. Pero estuve tan mal, que hasta vino un sacerdote a darme los óleos (la unción de los enfermos)".
La actriz había contado: "Fue mucho el esfuerzo, yo creía que me iba. Trasladarme a mi casa fue una odisea porque vine con personal que no era idóneo, no me podían bajar y tuvieron que llamar al SAME y la Policía. Me puso muy mal, me angustió mucho, fue de terror. Ya cuando me acosté en mi cama, le largué un beso a Dios en el cielo".
Ana María se destacó por su grandes trabajos en televisión, cine y teatro y fue una querida compañera para sus pares.
UNA SALUD MARCADA POR LA OBESIDAD
Dueña de una salud endeble, aquejada por su obesidad -en 2006 le diagnosticaron "obesidad mórbida"- y su adicción al cigarrillo, Ana María estuvo al borde de la muerte en abril de 2014, tiempo en el que permaneció en terapia intensiva por los problemas mencionados. Al salir adelante de su delicado cuadro, esto le decía a El Diario de Mariana: "Si Dios me mandó de vuelta, es porque me quedan cosas por hacer", expresaba, consciente de su enfermedad.
En esa nota, también transmitió un importante mensaje, en el que hizo una profunda autocrítica: "Siempre fui una gran fumadora, la ruptura de mis pulmones fue por el cigarrillo. Yo lo dejé hace 17 años, pero el daño que te produce es irreversible, y les pido a todos que también lo larguen. Este EPOC se me complica con la hiperobesidad, yo nunca tuve complejos e hice todo siendo hiperobesa. Pero ahora que tengo 70 años, ya no es lo mismo. Entonces, les pido a todos los que me escuchan que se cuiden de no engordar porque el final es muy terrible", describió.