Estaba todo pensado, pero –afortunadamente- no se concretó. Incluso, dejó una directiva post mortem: una vez que él no estuviera, se podría contar la oscuro idea que llegó a pergeñar. Y al día siguiente de la muerte de Gerardo Sofovich (77), se supo.
"Lo que contó Ángel fue cien por ciento cierto, lo único que no fue en Punta del Este, sino en el Delta del Tigre. Él venía diciendo que se había comprado un revólver y que había estudiado el tema del arresto domiciliario, por su edad...".
El primero en contar en los medios "el plan" fue Ángel de Brito y aseguró que el creador televisivo pensaba "matar a Sofía Oleksak y suicidarse".
Sólo dos personas habían sido anoticiadas en aquel momento sobre el irracional pensamiento: Esther, la mujer de su confianza; y Avelino Tamargo, ex legislador del PRO, íntimo amigo de Gerardo. Ambos, las voces partícipes de ese secreto ¿y portadores de una carta en la que Sofovich deslizaba los detalles y la explicación?
En nota radial en Mañana Sylvestre, por Radio Del Plata, Tamargo no sólo confirmó la macabra "anécdota", sino que aportó detalles.
"Lo que contó Ángel fue cien por ciento cierto, lo único es que no fue en Punta del Este, sino en el Delta del Tigre. Él venía hace mucho diciendo que se compró un revólver y que había empezado a estudiar el tema del arresto domiciliario, por la edad... todas pavadas de él. Hasta que un día me contó lo que iba a hacer. Yo le decía que estaba completamente loco, que no tenía sentido. Le decía: 'Pensá que matas a toda una familia que tiene dos hijos', pero él estaba tan cebado que no lo pude convencer. Y, sinceramente, mucho no le creí, porque lo conocía. Él era una persona que parecía muy pasional, pero en el fondo era demasiado racional", declaró, sin avalar la idea de Gerardo.
"La invitó a tomar algo al barco, en San Fernando, fueron a dar una vuelta y él había llevado el revólver. Pero se reconcilió".
Luego, Avelino describió que se enteró un día después de que el conductor había pensado llevar a cabo su plan, pero que el amor evitó que cometiera tamaño delito. "Esto me lo contó una vez terminado el tema: la invitó a tomar algo al barco, en San Fernando, fueron a dar una vuelta y él había llevado el revólver, pero lo escondió abajo, y dijo: 'La voy a matar y me voy a matar'", manifestó. Y acotó: "Esta anécdota lo muestra de cuerpo entero, una persona que parecía que te odiaba, pero en el fondo se buscaba reconciliar. No sólo pasó de no matarla sino que se reconcilió, y fue el tiempo que más duró".
Por último, subrayó que Sofovich estaba perdidamente enamorado de Sofía Oleksak, y que con la misma fuerza que la amaba, cuando estaba mal, la odiaba: "Gerardo tenía un amor totalmente ciego por ella. La amaba con toda su alma, no entraba en razón de nada y no soportaba una pelea con ella ni una crítica. Una vez me llamó llorando para que lo vaya a ver y estaba devastado", cerró la nota, pintando a un inusitado Gerardo que sufrió -en demasía- por amor.
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