"Me va a quedar la imagen grabada para toda la vida. Nos pusimos a llorar, nos emocionamos un montón".
Su vida cambió rotundamente desde aquel primer encuentro. Dieciocho años tuvieron que pasar para que Jana Maradona pudiera abrazarse con su papá, quien hasta entonces había evitado cualquier contacto. Pero finalmente, Diego Maradona no pudo resistirse cuando la joven se acercó espontáneamente con su madre, Valeria Sabalain, hasta un gimnasio para su primer encuentro cara a cara.
Jana reveló detalles de aquel emotivo momento, en el que ninguno pudo contener las lágrimas. “El encuentro no fue programado, me va a quedar la imagen grabada para toda la vida. Primero, abrazó a mi mamá y le pidió perdón. Después a mí y nos pusimos a llorar, nos emocionamos un montón”, contó la joven, en Ciudad Goti K.
"Le pregunté si yo era la hija y me dijo: ‘cómo que no si tenés mis mismos ojos y sos igual a mí'. Lo perdoné, no tengo ningún rencor".
“A nivel personal, cambió mi vida emocionalmente. Estoy viviendo un momento de felicidad absoluta. Le pregunté si yo era la hija, quería que él me lo dijera a mí, no a cualquiera. Me dijo: ‘cómo que no si tenés mis mismos ojos y sos igual a mí"’, relató y aseguró que no siente resquemores. “Lo perdoné, no tengo ningún rencor, por eso lo fui a buscar. El apellido lo tengo desde los tres años. Iba al jardín y los chicos me preguntaban si era la hija. Quería conocerlo. Ahora no hay posibilidades de que pierda contacto con él, para mí es todo”, agregó. Sobre el final, habló de sus hermanas y la posibilidad de un futuro encuentro. “Con Dalma y Gianinna nunca hablé. Son mis hermanas, pero no quiero presionarlas para vernos. Quizás si estaría en el lugar de ellas pensaría lo mismo, es complicado. A Dieguito Fernando sí lo conocí”, concluyó Jana.