Sin dudas, este 2014 será un año para recordar. Tamara Alves (31) fue madre de Giuliana, fruto de su amor con el futbolista Patricio Toranzo, y se reencontró con su padre, con quien no tuvo contacto durante 25 años.
"Ahí estaba yo hablando con mi papá después de 25 años. Pero esta vez pude escuchar las palabras más lindas y dulces que puede escuchar una hija. Perdonar fue lo más sano e inteligente que pude hacer. Me siento feliz: hoy no hay pasado".
Decidida a dar vuelta la página y comenzar de cero, la modelo brasileña llamó a su progenitor y, del otro lado del teléfono, pudo escuchar la voz de su padre. Y perdonarlo.
A través de Twitter, Tamara compartió su experiencia mediante una sentida carta, donde plasmó el ida y vuelta, y sus emociones.
"Hoy logré lo que esperé años, hoy pude sentir lo que siempre soñé. Tuve mucho miedo, pero las ganas fueron superiores y lo hice. Sabía que un llamado telefónico podía ser un antes y un después, pero saqué fuerzas y lo hice. Dejé de lado el orgullo, el dolor que me causó estos 25 años, y me animé. Al llamarlo me temblaban las manos, me transpiraban, y cuando escuché su voz del otro lado pareció como que mi corazón se detuvo por un momento. Después de buscar durante meses ese número de teléfono tan deseado, al fin lo encontré, y ese fue el momento donde agradezco que hoy existan maneras de encontrar a una persona a través de internet. Me di cuenta que cuando uno quiere lo logra, que ese día llega. Ahí estaba yo hablando con mi papá después de 25 años. Pero esta vez pude escuchar las palabras más lindas y dulces que puede escuchar una hija. Perdonar fue lo más sano e inteligente que pude hacer. Me siento feliz, con sentimientos encontrados. Qué bien me hizo poder decirle lo que guardé durante años... aunque no había ni un sólo día que no pensara en él. No sé cuánto puede tardar que este vínculo madure, pero a pesar de todo, es mi papá. Me volvió el alma al cuerpo... Puedo decir que este fue el año más feliz de mi vida. Me siento completa, sólo me faltaba esto. Te amo pá, a pesar de la distancia, de todos estos años, de la angustia que cargué durante tanto tiempo, hoy puedo darte ese abrazo tan deseado. Hoy no hay pasado. Nunca es tarde para volver a empezar".
Tamara y su padre cierran un año sin rencores.