Ella misma se jacta de tener una "lengua karateca", porque a través de su oratoria hace temblar a más de uno. Pero, esta vez, sus palabras la sensibilizaron a ella. Al punto del llanto.
Moria Casán pasó por Duro de Domar, espacio televisivo en el que evocó a Mario Castiglione, con quien tuvo a su única hija, Sofía Gala, y sus recuerdos la mostraron vulnerable, como pocas veces.
"Mario me dejó porque no se adaptó al sistema. Me dejó por una botella de whisky".
"Mario venía de una vida bohemia, era muy culto, amante de la política. Era un tipo muy cabeza abierta, y conservador a la vez, como me gustan a mí. Un día entra a mi camarín y me dice que estaba enamorado. Así empezamos nuestra relación", desarrolló la vedette, sobre el comienzo de su historia con Castiglione.
Pero su relato no fue color de rosas, sino que tuvo condimentos de dolor y enojos. "Cuando nos separamos… Mario me dejó porque no se adaptó al sistema. Me dejó por una botella de whisky. Yo no lo dejé a él. Yo me flexibilizaba más ante el sistema. Lo nuestro era un psicopateó intelectual que discutíamos de la mañana a la noche, pero yo también le compraba la botella de whisky, no le decía:'¿Hijo de pu... por qué tomás?'... ", dijo.
Lejos de querer dañar la imagen de quien fue su compañero de vida, Casán aclaró: "Cuando yo lo pinto a Castiglione como alguien que me dejó por una botella de whisky, no quiero decir que fue un mal hombre, fue un hombre excelente y tuvimos una hija... Quiero decirle a mi hija Sofía que 'te amo y que tuviste un gran papá'… ", pronunció, sin poder evitar la emoción y el llanto.
"Cuando yo lo pinto a Castiglione que me dejó por una botella de whisky... Quiero decir que fue un hombre excelente, tuvimos una hija. Quiero decirle a mi hija Sofía que 'te amo y que tuviste un gran papá'… ".
Conmovida, sumó: "No fue un borracho, un alcohólico que me trató mal, jamás me faltó el respeto. Fue el hombre que elegí para tener una hija, pero la vida no fue tan buena, y acá estamos. Me emociono porque la pasamos mal, y siempre fuimos muy unidos".
Para desdramatizar la charla, Casán contó una anécdota pintoresca de lo que fueron sus primeros encuentros secretos con Mario: "Las primeras veces que íbamos a hoteles, súper clandestinos, no me hacía nada, no tocaba un pelo, hablábamos de teología y ¡me calentaba tanto! Yo decía: '¡Este hombre es un genio!'. Yo tampoco lo seducía, pero ¡íbamos a charlar a un telo. Hasta que un día dijo: 'Vos no te aflijas que yo voy a poder', y un día pudo (Risas)".