"Estoy feliz porque es una desgracia con suerte, no hay coágulos y no se afectó el cerebro. Lo que está destrozado es el tabique y tengo fisuras en la frente. Me quedó una gran cicatriz que va desde una oreja hasta por encima de la ceja".
La noticia impactó en los medios. Leonardo Greco sufrió graves heridas en el rostro en un intento de robo. El reconocido conductor regresaba en la madrugada del jueves de un evento en la localidad de Pilar cuando fue interceptado por delincuentes.
Los ladrones le arrojaron un cascote de gran tamaño cuando circulaba por la autopista Panamericana en su auto. Afortunadamente, una ambulancia pasaba por el lugar en el preciso momento del ataque y asistió en forma inmediata al presentador. Greco fue trasladado de urgencia al hospital Malvinas Argentinas, y luego derivado al hospital Alemán de la ciudad de Buenos Aires.
Además del mal momento y el susto, el hecho de inseguridad dejó huellas en la fisonomía del conductor. Leonardo sufrió fractura de tabique, fisuras en el cráneo y necesitó varios puntos de sutura, que le dejaron una cicatriz que va desde la oreja hasta la ceja. Incluso, fue tal la violencia del impacto y la hemorragia consecuente, que la sangre arruinó literalmente el celular del conductor.
Ya fuera de peligro, Greco habló con Ciudad.com de lo sucedido y se mostró confiado en poder regresar cuanto antes a sus actividades. El presentador se había sumado el miércoles 10 al ciclo Levantado de 10, de Radio 10, y el lunes pasado había comenzado el programa TUA al mediodía, un magazine que se emite a través de la página www.tuadigital.com.
-Leonardo, ¿cómo estás?
-Acabo de salir del hospital Alemán. Había salido de un evento en Pilar a la 1 de la mañana y en un momento escucho un estruendo y veo todo negro. No veo nada. Manejo como puedo hasta la banquina izquierda -que no la hay- bajo el riesgo de que me lleven por delante y trato de recuperar la visión limpiándome con el saco que traía. Justo pasa una ambulancia y me dieron los primeros auxilios y me llevaron a un hospital maravilloso de la zona que se llama Malvinas Argentinas.
"Escucho un estruendo y veo todo negro. Manejo como puedo hasta la banquina izquierda y trato de recuperar la visión limpiándome con el saco que traía. Justo pasa una ambulancia y ellos me dieron los primeros auxilios".
-¿Qué secuelas tenés?
-Lo que tengo destrozado es el tabique y parte de la frente, entre las dos cejas. Eso va a llevar tiempo curarse, pero por suerte no hay gravedad. No hay coágulos y no se afectó el cerebro. Me quedó una gran cicatriz que va desde una oreja hasta por encima de la ceja. Es una desgracia con suerte. Que me haya atendido una ambulancia tan pronto hizo que los delincuentes hayan huido despavoridos. Si no, hubiera sido un hombre desesperado, presa fácil de esta gente que te quiere sacar lo que llevás encima.
-¿Tenés un auto llamativo o de lujo?
-Mi auto es un Fiat Idea 2006, no venía un millonario por la Panamericana... Se lo hacen a cualquiera, se divierten tirando un cascote del tamaño de mi cabeza, con hierros retorcidos. Un escombro de hormigón que primero dio en el parabrisas y después en mi cara. Lo tiraron desde un puente porque ni un deportista olímpico podría lanzarlo. Ya no te tiran un tornillo, te tiran un cascote para ver cómo salís muriéndote como el señor Paladini (N. de la R.: el suegro de Rocío Guirao Díaz). Estoy feliz porque es una desgracia con suerte. Tengo destrucción de tabique y algunas fisuras en la frente y en la concavidad ocular. Por suerte, no se me afectó la visión. Supongo que con el tiempo todo esto irá desapareciendo. Estos tipos son pocos, pero hacen mucho daño.