Valeria Sampedro, periodista de TN y El Trece, relató sintética y naturalmente en su blog cómo se sintió al recibir por parte de Hernán Firpo, su colega y esposo, un juguete sexual y los beneficios que le trajo a ella y a la pareja.
En el Día de la Madre muchos creen conveniente obsequiar ropa, alguna cartera o, los más originales, una jornada de spa o tratamientos de belleza. Otros menos ubicados optan por comprar electrodomésticos para que la homenajeada en cuestión agasaje (?) a su familia. Malísimo.
Sin embargo, la periodista Valeria Sampedro contó en primera persona su experiencia con el original y práctico obsequio que recibió.
La cronista de TN y El Trece relató sintética y naturalmente en su blog cómo se sintió al recibir por parte de Hernán Firpo, esposo y también colega profesional, un regalo bien íntimo: ¡un juguete sexual!
Valeria contó que bautizó a su nuevo compañero como "MyLord" y se animó a hablar de los beneficios que -incluso- le trajo a su matrimonio en un corto pero interesante post que a muchas mujeres (y hombres, por qué no) ayudará.
Aquí el texto:
"¿Cómo se explica que el Día de la Madre tu marido llega a casa con un vibrador en lugar de una minipimer. Eso es amor, sépanlo", describió Valeria con gracia.
"De vibradores y buenos maridos. Sweet MyLord
Siete velocidades, ocho centímetros, doce cómodas cuotas. La inversión mejor financiada de la década. Mi década ganada.
Nunca subestimen a un micropene con ínfulas de semental.
Mi militancia feminista no pudo tener mejor efecto doméstico. Si no cómo se explica que el Día de la Madre tu marido llegue a casa con un vibrador en lugar de una minipimer. Eso es amor, sépanlo. Creo que estoy haciendo las cosas bien.
Lo bauticé MyLord e inmediatamente nos volvimos íntimos. Semejante acto de generosidad le mereció a mi compañero de cuarto (el humano, en este caso) un plato a la carta, masajes en los pies y una salida con los amigos sin horarios ni preguntas. Total, yo me estaba conociendo con MyLord.
La primera semana durmió la siesta, cada tarde, abrazado a mi clítoris. Pronto quedó incorporado a la rutina familiar y al tiempo empezamos a hacer colecho. Se la pasaba entre las sábanas, nos convertimos en un trío inseparable. Es increíble lo que puede lograr la Rampolla en un zapping desvelado.
De golpe mi marido se volvió un ser entrañable. Siempre tuvo el tino de ocuparse de mis orgasmos, pero el gesto del vibrador como utensilio aliado, amigo, confidente, me sacudió la modorra conyugal. Y no tenía que ver con la libido, fue su estado de vigilia, su mirada atenta, su empeño en atender mis luchas, lo que me conmovió al punto de sacudir mis niveles de serotonina y salir corriendo a buscar la tanga de encaje olvidada al fondo del cajón de las bombachas.
El puso su tarjeta de crédito, invirtió en mi placer... Y eso, sólo puede pagarse con sumisión. Como corresponde a una buena esposa. Esta noche lavo los platos yo, mi vida.
Valeria Sampedro".
¡A tomar nota, muchachos!