La profesión lo ha llevado a Mauro Szeta a vincularse tanto con los círculos de poder de la Policía como del bajo mundo. Consolidado como uno de los referentes en el periodismo especializado en temas policiales, el cronista de C5N no para un segundo. Pero la dedicación constante se paga con salud.
"Trabajar de esto es el estrés permanente. Quise hacerle caso a la familia, que me pedía bajar un cambio. Fue imposible".
“Trabajar de esto es el estrés permanente. Nunca tengo paz y no lo digo simbólicamente. El único día que ni siquiera apagué el celular, sino que lo dejé en vibrador, metieron preso a Maximiliano Mázzaro, uno de los líderes de la barra de Boca. Tenía treinta llamadas perdidas… Me comí la primicia, me quedé sin imágenes. Quise hacerle caso a la familia, que me pedía bajar un cambio. Fue imposible, ni siquiera me relaja ir a la cancha a ver Estudiantes”, aseguró Szeta, en una interesante entrevista con la revista Paparazzi. Y agregó: "Los secuestros me obligan a dormir con el celular al lado".
Además, el periodista reveló que a lo largo de su trayectoria ha tenido que lidiar con los riesgos propios de la profesión. “Soy un tipo abierto, no tengo miedo. Me han apretado varias veces, sobre todo cuando te metés con intereses pesados como los de la Policía. Hay que estar preparado para tratar con gente turbia”, concluyó Szeta.