La belleza de Sabrina Garciarena no tiene nombre... Como tampoco lo tiene ¡la falta de cooperación del queridísimo Germán Paoloski!
"Germán dice que yo lo mato en las notas. Pero estoy siendo sincera. Puede ser que en un año se pudra todo... (risas). Mentira. Hoy entiendo el rol de cada uno. La mujer, hasta los dos años, es todo lo que el bebé necesita", aclaró Sabrina.
Es que, risueñamente, la actriz se despachó en una entrevista para diario Clarín sobre algunas intimidades de la pareja en la crianza y el cuidado de León, su primer hijo, que ya cumplió 7 meses. Y aunque advirtió que el conductor de Pura Química (por ESPN) le reclama que ella "lo mata en las notas", ella se protegió -sabia- en la sinceridad.
Es que el puerperio, en palabras de Laura Gutman, que se prolonga hasta el primer año del bebé, aflora la mayor sensibilidad de la mujer y desecha ciertos cuidados más protocolares, por decirlo de algún modo. Primero, se posicionó a favor del colecho: "Mi hijo duerme conmigo. Tengo la cuna al lado, pero cuando pruebo seis posiciones y sigue sin dormirse, viene a la camita. Hay que ser un poco intuitiva. Estoy a favor".
Luego, frente a la clásica consulta sobre cómo es Germán como padre, Sabrina detalló sin muchas vueltas: "Le tendrías que preguntar a él, porque les pega distinto a los hombres. Siempre me sentí muy cuidada por él, me acompaña un montón", arrancó positiva, pero disparó: "Las tareas del bebé... no hace mucho".
La repregunta no se hizo esperar: ¿cambia pañales? Garciarena no dudó: "Nada. Por ahí me ayuda a bañarlo. Él dice que yo lo mato en las notas. Pero estoy siendo sincera. Puede ser que en un año se pudra todo... (risas). Mentira. Hoy entiendo el rol de cada uno. La mujer, hasta los dos años, es todo lo que el bebé necesita. Y él tiene que descansar bien porque trabaja un montón en los medios. Así que en ese sentido me levanto yo... todo yo. Pero él está presente, cualquier cosa que necesito, siempre responde", explicó, denotando su feliz tolerancia, al tiempo que rechaza ofertas de trabajo en el exterior para enfocarse en su familia.
¡A ponerse las pilas, Germán!