Jean Pierre Noher (58) regresó a la pantalla de Telefe con Flor del Caribe, novela brasileña que grabó en 2013 y este año se televisa en la Argentina.
"En Brasil hay un mercado muy grande y tienen la posibilidad de contar grandes historias, con producciones muy importantes, porque pueden viajar por el mundo, pero nosotros siempre nos caracterizamos por tener muy buenas ficciones también".
"Está bueno que den Flor del Caribe en nuestro país y que vean el trabajo que estuve haciendo en Brasil. Es una novela muy linda y me viene bárbaro que la pasen acá, por Telefe", comenta el actor en el comienzo del diálogo con Ciudad.com.
Su despliegue laboral -que lo hace ausentarse de las ficciones locales y vivir con la valija lista- no corrompe su amor por su tierra y por sus producciones artísticas. "Yo vivo en la Argentina y viajo a Brasil cada vez que me surge algún trabajo, porque el mercado se me amplió, pero mi casa está acá, y acá también disfruto de la posibilidad de trabajar", dice.
-¿Cómo es tu personaje de Flor del Caribe?
-Duque es uno los personajes más lindos que me tocó hacer, lleno de matices, que tuvo mucha llegada a la gente, a toda la familia, porque es una novela blanca, de una historia muy conocida pero muy bien hecha, con paisajes increíbles. Duque es un estafador profesional, pero de guante blanco. Es el amigo fiel de Cassiano (Henri Castelli), que es el protagonista. Es un personaje muy agraciado, muy simpático, que habla varios idiomas y tiene pasaportes de varios lugares del mundo. Va a tener un desarrollo, una historia de amor y una nieta que lo persigue por todo el mundo porque él no la quiere reconocer.
"Cualquier distinción que le den a Tinelli se la merece, porque es alguien que genera trabajo y cosas maravillosas. Marcelo es un hacedor y merece todo tipo de premios, lo felicito".
-¿Por qué crees que los productos extranjeros, en este caso de Brasil, son tan bien recibidos por el público argentino?
-Es difícil saberlo. En Brasil hay un mercado muy grande y tienen la posibilidad de contar grandes historias, con producciones muy importantes, porque pueden viajar por el mundo. Y creo que tiene que ver con que Brasil es un país 5 veces más grande que el nuestro, con un mercado más amplio. Aunque nosotros siempre nos caracterizamos por tener muy buenas ficciones también.
-¿En Brasil se ven producciones argentinas?
-Allá consumen muchísimo cine argentino: El secreto de sus ojos, todo lo que hagan Ricardo Darín, Juan José Campanella… Ellos admiran mucho al actor argentino. En cambio, de televisión y música consumen muy poco. En un momento, en Brasil se dio Epitafios, Chiquititas, Patito Feo, versiones que se hicieron allá y anduvieron muy bien. Pero lo que más éxito tiene es el formato argentino de CQC.
-Cuando estás en Buenos Aires, ¿qué mirás?
-Yo veo todo. Con mi mujer vemos Viudas e Hijos del Rock and Roll, que está muy bien hecha. También he visto algo de Guapas, que es una ficción muy buena. Acá hay muchas novelas buenas y mucho talento, sólo que tenemos un mercado más chico. Después veo partidos (fana de River) o apago la tele y escucho música, que me encanta.
"En el medio televisivo no darle importancia al rating es imposible, porque es parte del juego. Incluso en Brasil, en cualquier lado, siempre está presente, porque se atiende a lo que dice el público. Sería falso si te digo que el rating no me interesa".
-Se acaba de distinguir a Marcelo Tinelli como Personalidad Destacada de la Cultura de Buenos Aires, ¿qué pensás de este reconocimiento?
-Cualquier distinción que le den a Marcelo Tinelli se la merece, porque es alguien que genera trabajo y cosas maravillosas. Yo tuve la oportunidad de trabajar con él, hace algunos años, en Okupas. Marcelo es un hacedor y merece todo tipo de premios, y lo felicito.
-Como actor, ¿cuán pendiente estás del rating?
-En el medio televisivo, no darle importancia al rating es imposible, porque es parte del juego. Incluso en Brasil, en cualquier lado, siempre está presente, porque se atiende a lo que dice el público. Sería falso si te digo que el rating no me interesa. En esa sintonía, siempre es mejor que lo que uno hace lo vea mucha gente, eso genera buena energía y continuidad de trabajo.
-El minuto a minuto cambió mucho la televisión, sobre todo los programas en vivo…
-Sí, el minuto a minuto tiene un costado muy fuerte. Por ahí vas a un programa en vivo a hacer una nota, no mide, no le interesa a nadie y te sacan de pantalla. Eso es terrible, es muy duro. Cosa similar ocurre en las redes sociales, donde la gente dice cualquier cosa, con total impunidad. Leer ciertos mensajes también es duro.
-¿Qué te han dicho en Twitter que te haya marcado?
-Me acuerdo que por el hecho de trabajar en Brasil, me fui a hacer una novela casi un año, estuve fuera de circuito en la Argentina. Cuando volví, tuve la suerte de trabajar en el primer capítulo de El hombre de tu vida, de Campanella. Pero cuando salió al aire, leí en Twitter: “¿Este actor no se había muerto?”. Ése me estiró la vida, pero, de todos modos, leer ciertas cosas no deja de ser fuerte.
-¿Qué tipo de importancia le das a esos comentarios y cómo interactuas con los seguidores?
-Al principio me daban ganas de contestarles uno por uno, pero ahora entendí que es la ley de la selva. La gente escribe cualquier cosa, y uno también. Uno termina haciendo una observación de la vida, de la sociedad, y lo va contando virtualmente. Ese pajarito te da la libertad de expresarte como ciudadano y ¡eso está bueno!, pero siempre está el anónimo irrespetuoso o la gente se expresa violentamente.
-Por otro lado, Twitter le sirve al actor como un termómetro diario que plasma cómo repercute su trabajo en el público…
-Sí, eso es verdad, y está muy bueno. En general, los comentarios que recibo son positivos, donde te halagan y te tiran flores. Pero cuando uno es una persona pública, debe usar esos medios con responsabilidad. Otra cara buena de las redes sociales es que te permiten una vida de contacto, de comunicación, y de estar al tanto con lo que va pasando. Son cosas nuevas y hay que acostumbrase.
-¿Te gustaría trabajar en algún proyecto de acá?
-Sí, ojalá. Está muy bueno hacer tele acá. Por el momento, estoy haciendo cine. El viernes terminamos de rodar una película, El almuerzo, y, justamente, se trata del almuerzo que tuvieron unos escritores en mayo del ’76 con el General Videla, en la Casa Rosada: Sábato, Borges, Horacio Ratti, Castellini. En la película trabajan Alejandro Awada, Roberto Carnaghi, Quinteros y Arturo Bonín, entre otros. Es un elenco muy lindo, que dirige Javier Torres.
-Por fuera de lo laboral, ¿cómo estás con tu pareja, con tu familia?
-Estamos muy bien, tranquilos. Mi hijo Michel Noher está haciendo una novela y anteriormente pudimos trabajar juntos en O Rebu, una producción también brasileña. Estoy muy orgulloso de la carrera que está haciendo.