El merecido éxito y popularidad que consiguió Elba Rodríguez (24) al consagrarse como ganadora de MasterChef se van diluyendo de a poco. A tres meses de coronarse como campeona del reality de cocina de Telefe, la joven estudiante de enfermería continúa con su humilde forma de vida.
Hija de inmigrantes bolivianos, Elba fue recibida con honores por el presidente Evo Morales. Así y todo, la estudiante de enfermería sigue firme en su hogar de Lomas de Zamora, da clases de cocina en eventos sociales o políticos para los que la contratan, y trabaja los fines de semana y feriados en la Unidad de Pronta Atención de Avellaneda, donde cobra 4.000 pesos por mes, según documentó la revista Paparazzi, que la tiene en la portada de su última edición. Es que, según el semanario, a 80 de haberse alzado con el título de Masterchef, todavía no cobró los 250 mil pesos de premio por parte de Eyeworks-Cuatro Cabezas, la productora que llevó a cabo el reality de cocina.
Con la dignidad inmaculada, Elba hizo efectivos los vales en el supermercado que auspiciaba el programa conducido por Mariano Peluffo, mientras espera que le acrediten el premio. "Quejarse es perder el tiempo. Y el tiempo es algo muy valioso", había afirmado en una entrevista.
Por lo pronto, mientras termina su formación como enfermera, aprovecha la beca en una prestigiosa escuela de cocina y se ilusiona con la repercusión que tendrá su propio libro de recetas, que ya terminó de escribir y será editado para su venta, como parte del premio por su consagración en el programa del que salió con una fama a la que, como ya ha quedado demostrado en otros casos, no es fácil sobrevivir con la misma humildad con la que se llegó a triunfar. Pero Elba sabe de luchas silenciosas.