"En Al final del arcoiris disfruto de hacer la obra sobre la vida de Judy Garland. Es un dream team donde yo estoy metido como espectador vip. Estoy muy contento, aprendiendo mucho. Es muy jugado".
La fama le llegó a Benjamín Rojas (29) cuando era sólo un niño e interpretaba a Yago en Chiquititas. Aquel pequeño de ojos transparentes fue creciendo y se asentó como actor y músico. Hoy protagoniza Al final del arcoiris en teatro y disfruta de su exitoso presente. En charla con Ciudad.com desde el Movistar Free Music, Benjamín contó más.
-Sos un actor que desde temprana edad estuvo ligado a la música y ahora protagonizás un espectáculo que mucho tiene que ver con eso.
-Sí. Siempre me gustó la música y gracias a mi trabajo empecé a tomar clases y aprender un poco más. En Al final del arcoiris (de jueves a domingo en el teatro Astros, con Karina K, Antonio Grimau y Víctor Malagrino) disfruta de hacer la obra sobre la vida de Judy Garland, la mamá de Liza Minelli, que fue una actriz y cantante muy, muy famosa en Estados Unidos en los sesenta, con una vida muy agitada. Está dirigida por Ricky Pashkus y lo musical está a cargo de Alberto Favero. Es un dream team donde yo estoy metido como espectador vip. Estoy muy contento, aprendiendo mucho. Hay muchas escenas para todos, es muy jugado. Karina es una actriz y una cantante fenomenal.
-Además del trabajo, estuviste un mes de viaje por Asia, ¿cómo fue eso?
-Estuve dando vueltas por el Sudeste asiático, visitando amigos que están viviendo allá y fue increíble. Me sirvió de inspiración para ver qué hago de mi vida. Me traje una guitarrita, un par de letras que fui anotando en un cuadernito.
"Estuve dando vueltas por el Sudeste asiático visitando amigos que están viviendo allá y fue increíble. Me sirvió de inspiración para ver qué hago de mi vida. La carrera va y viene y fue bueno desenchufarse".
-¡Epa! ¿Cómo es eso de “a ver qué hago de mi vida”?
-Y sí. La carrera va y viene. A veces pienso para qué lado sigo, si para el del teatro o para el de la televisión. A veces te llaman, a veces no. El viaje estuvo bueno para desenchufar.
-Hablando de lo personal, se dijo que te estabas por casar: ¿hay planes?
-No sé por qué se dijo eso, ja. Yo no hablé ni dije nada y ya me quieren casar. Pero bueno, está todo bien. No es verdad que me voy a casar. No tengo problemas con eso, estoy conviviendo con mi novia Martina y nos llevamos excelente. De hecho, venimos de hacer este gran viaje. Pero, para planear un casamiento hay que tener tiempo, organizarse y mucha plata. Me parece que va a tener que esperar eso.