"Diego sabe que yo no le saqué nada. El me pagó el pasaje, el hizo que yo viaje el miércoles y de tiempo al pedido de Interpol. Diego me hizo una cama"
Luego de pasar la peor noche de su vida, Rocío Oliva salió en libertad, pero el pedido de extradición sigue en pie y la joven está complicada judicialmente.
En el atardecer del miércoles, ni bien puso un pie en el país, la ex de el Diez fue detenida por Interpol en el aeropuerto internacional Ezeiza, donde fue notificada de la denuncia de Diego Maradona de hurto en su propiedad privada de Dubai, donde convivieron.
Ya en la tarde del jueves, Rocío fue liberada pasadas las 15.20 horas y habló con la prensa.
Visiblemente quebrada, con los ojos empañados por lágrimas, Oliva rompió el silencio: "Diego sabe que yo no le saqué nada. El me pagó el pasaje, él hizo que yo viaje el miércoles para darle tiempo al pedido de Interpol. Diego me hizo una cama", pronunció ante el micrófono de TN.
"Yo no creo que le hayan robado, es un invento de él. No quiero tener nada más que ver con él. Maradona es mi peor pesadilla"
Pese a garantizar que está tranquila y ratificar su inocencia, se sabe complicada. "Cuando no tenés nada que esconder, no tenés por qué temer. Yo no le saqué nada a Diego. Estoy muy tranquila. Yo le devolví la cámara de fotos, aritos, celulares, cosas que él me había regalado (…) Qué cosas más le puedo devolver si ni siquiera sé si existen las cosas que está pidiendo", agregó, contradiciendo la palabra del ex futbolista, que en diálogo con Intrusos decía: "Yo no le estoy pidiendo todo lo que le regalé, sólo le pido mis cosas, porque los dos aros que me faltan a mí, de diamantes, me los regaló mi vieja".
Continuando con el descargo, Oliva puso en duda la palabra de Diego y afirmó que no lo quiere volver a ver en su vida: "Yo no creo que le hayan robado, es un invento de él. No quiero tener nada más que ver con él. Maradona es mi peor pesadilla".
Antes de concluir la conferencia, Rocío reconoció su inevitable angustia: "El me dijo que me amaba, pero que ya no sabía cómo manejar la situación. Lloro de dolor, de creer en el amor, y está válido, porque tengo 24 años. Lloro de dolor y de decepción. Con Diego ya no hay vuelta atrás. No quiero saber más nada con él, quiero que desaparezca de mi vida".
Un conflicto que recién comienza...