Cuando no hay onda no hay vuelta que darle. Así les pasa a Miriam Lanzoni y su bailarín Gabriel Usandivaras que desde el comienzo del Bailando no demostraron ni un poco de complicidad. Mucho menos, de amor y alegría.
Lanzoni: “Estoy angustiada porque mi vieja está en terapia intensiva, entre otras cosas. Uno en ese momento quiere -al menos- que no se discuta. El grupo lo sabe. Yo suspendí el ensayo por eso".
Minutos después del show de Anita Martínez y el Bicho Gómez, que emocionaron hasta al propio Marcelo Tinelli, la dupla llegó a la pista con sus viejos trapos de siempre.
Que Miriam habló mal de mí hace cinco galas, que mintió, que yo no voy a pedir cambio de bailarín, que uno miente, que el otro también… son las cuestiones poco ingeniosas que se dijeron una vez más. Y aburren. Tanto aburren que el jurado contraatacó el tema: tanto Nacha Guevara como Moria Casán, Marcelo Polino y Angel De Brito les dijeron que corten con la mala onda.
Entonces, Lanzoni intentó (en vano) poner un manto de piedad. “Estoy angustiada porque mi vieja está en terapia intensiva, entre otras cosas. Uno en ese momento quiere -al menos- que no se discuta. El grupo lo sabe. Yo suspendí el ensayo por eso. Pero yo no tengo nada para decir de él como persona. Yo no voy a pedir cambio de bailarín”, comentó para poner bandera blanca. Pero Usandivaras la siguió. “Si una persona dice que no quiere pelear, el día anterior no te titula trepador, que crecés matando las plantitas. Quiere demostrar que es Laura Ingalls”.
Luego de otros dimes y diretes, Polino puso el punto final a la pelea, literal y metafóricamente, ¡puntuando con un 1! ¿El resultado? Van directo a la sentencia.
Miriam, que la paz esté contigo.