Con su frescura, chispa, humor y sensibilidad, el personaje de Ignacio Lynch se convirtió en confidente de Mey en Guapas y en el compañero de trabajo que toda mujer quisiera tener como aliado.
"Adrián Suar me dijo: 'Dan, creá algo que a vos te divierta y puedas sentirte libre, bailá, cantá'. Me hizo sentir en libertad. El año pasado, cuando empecé a trabajar con él, fue un sueño, ¡me hacía encima! Hice de un peluquero en Solamente vos, me lo tenía que 'chapar'. Fue muy divertido. Siempre que me lo cruzo es buena onda conmigo. Me deja proponer".
Detrás del histriónico azafato de la exitosa tira de El Trece está Dan Breitman (31), un talentoso actor que estudia teatro desde los 8 años, que también es músico, que hace stand up y teatro under, y que actualmente tiene su propio show llamado Ciclotimia musical (sábados a las 21 en Velma Café). Ciudad.com habló con él.
-¿Cómo estás con el suceso de Guapas?
-Muy bien, muy contento, sorprendido. ¡Me reconocen en la calle! Vengo de trabajar en teatro, en eventos y en la tele, y si bien había hecho muchas cosas, esta es la primera vez que tengo un personaje que aparece todos los días y está bueno porque el azafato gusta, divierte. Yo caminaba por mi barrio y nadie me reconocía, y después de que salí en una escena, de repente me empezaron a mirar. Es un cambio. En algún momento saltar a la popularidad por hacer tele está bueno. Además, Guapas es un programa que a mí me gusta. Comparto escenas con Carla Peterson, Alberto Ajaka, Vivian El Jaber, Rafa Ferro y son todos muy amables, todos muy generosos. Me permiten ir haciendo mis cositas. Estoy poniendo en pantalla todo lo que vengo aprendiendo de baile, clown, danza, canto. El azafato cada vez puede hacer más cosas. Me voy divirtiendo más y le voy enganchando la onda.
-Se notó un gran crecimiento en tu personaje, ¿con qué creés que tiene que ver?
-Me pasa que cuanto más estudio el recorrido de Mey cuando me tocan las escenas con ella, más material tengo. Es una estupidez porque todos deberíamos leer el libreto entero, pero muchas veces sólo leemos nuestro personaje. Cuando te empezás a relajar y entrás en el proyecto, te enterás del "universo Guapas". Eso me da fuerzas para divertirme y poder crear. Además, siempre hay revancha porque al otro día tengo otra escena para grabar. Cuando miro el programa, digo "podría haber hecho esto o lo otro". Anoche, por ejemplo, no podía dormir pensando en algo que iba a hacer hoy a las 8 de la mañana.
-El año pasado habías participado de Solamente vos y . ¿Qué te dijo él ahora que te convocó para Guapas?
-Adrián me dijo: “Dan, creá algo que a vos te divierta y puedas sentirte libre, bailá, cantá”. Me hizo sentir en libertad. El año pasado cuando hice al peluquero en Solamente vos, me lo tenía que “chapar” a Adrián. Sí, fue muy divertido y quedaron lindas las escenas. Creo que ahí algo quedó pendiente. Yo sabía que estaban buscando un personaje con estas características y mi representante, Paula Aisenberg, me dijo que me presente para la audición. ¡Y me llamaron! Estuvo buenísimo. El trabajo del año pasado tuvo que ver, sí. Siempre que me lo cruzo a Adrián es buena onda conmigo. Me río mucho, me deja proponer. El sabe de mi miedo a la televisión, él me apoya con esto.
"Empecé trabajando en boliches gays, me tiraba al piso, hacía cualquier cosa. Me iba los lunes a trabajar a la trasnoche, mi viejo me miraba como diciendo '¿qué hacés?'. Pero nunca tuve dudas de que me iba a ir bien. Siempre confié en la autogestión. La tele y todo vino como consecuencia".
-¿Cómo es eso del "miedo a la televisión"?
-Cuando era chico mirábamos la tele con mis papás y lo veía como algo imposible. Nunca fui cholulo, pero me pasaba algo con la pantalla, mucha ilusión. Siempre consumí ficciones, todo lo de Pol-Ka, como Gasoleros. Y el año pasado, de repente, empecé a trabajar con Suar, ¡me hago encima! Fue como un sueño, pensar que era imposible y empezar a transitarlo. Está el miedo, lo trabajo. Hago mucha terapia para enfrentar lo nuevo... y viene esta oportunidad.
-¿En el teatro te pasa lo mismo?
-Soy nervioso. Eso cuento en Ciclotimia musical. Pero, en el caso de este espectáculo en el Velma, estoy con cuatro músicos, yo me apoyo mucho en eso. Somos grandes amigos. Llevo adelante el espectáculo, al escenario no le tengo tanto miedo como a la cámara. Hay algo del teatro que me da seguridad. De todos modos, obvio que estoy re contento con esto de la tele. Siento que el personaje se va soltando. Es todo un descubrimiento y está bueno. Me tomaron mucho cariño y eso para mí es hermoso. Estamos grabando el capítulo 68... 70 y se pone más jugoso. Cuando te hacés amigo de los técnicos, del elenco... Por ejemplo, no me sé parar bien y los técnicos me agarran las piernas para que me pare en las marcaciones correctas del piso. Lo hacen de una manera muy amorosa. Me siento en una escuela, Guapas es una escuela de televisión.
-Evidentemente para vos los vínculos son súper importantes. Porque empezaste a estudiar canto a los 8 años y en el colegio se burlaban de vos o te hacían bullying, como se dice actualmente, ¿no?
-Un poco de bullying, sí. Yo quería cantar. Me cambié mucho de colegio. Mis viejos querían encontrar un colegio de arte, pero en ese momento no existían. En el colegio yo me "iba" y, excepto con algunas mujeres, encontrar grupos me resultaba difícil. De hombres, nunca tuve. Se rían de mí. Esto de ir a Pol-Ka es como un colegio para mí, hay algo de rutina. Es como comenzar algo a lo que no estuve muy acostumbrado, acá me río con los hombres también y tengo mi grupo con ellos. Mirá, me acuerdo que en el colegio me abrían el discman y yo capaz justo estaba escuchando a Cristian Castro, me jodían porque cantaba Por amarte así. Me re jodieron, pero mal.
-Es decir que la música siempre estuvo presente en tu vida...
-Sí, la música estuvo presente siempre. De chiquito bailé y quise cantar, siempre hago cosas cantando. No le tengo miedo. Es algo muy genuino mío. Cuando era chico me grababa los cassettes y me iba al recreo escuchando música. Soy muy melómano. Escucho de una manera atenta, especial.
-¿Tus viejos siempre te apoyaron?
-Sí. Siempre me apoyaron, pero hubo un planteo de "además de arte, algo tenés que hacer". Empecé trabajando en boliches gays, me tiraba al piso, hacía cualquier cosa. Me iba los lunes a trabajar a la trasnoche, mi viejo me miraba como diciendo "¿qué hacés?". Pero nunca tuve dudas de que me iba a ir bien. Siempre confié en la autogestión. La tele y todo vino como consecuencia. Por eso siempre soy de la idea de que hay que hacer cosas propias, generar, imponer. Por ejemplo, yo empecé actuando en boliches, eventos y lo demás llega. Si sos bueno, lo demás va a llegar. Hay que ser persistente y las oportunidades llegan. Es cierto que también hay una cuota de suerte, pero si uno tiene condiciones y deseos, el universo va acomodando las cosas. Si sos pasional y estás conectado, se te va abrir.
"A nivel amor, estoy sin nada. Tengo ofertas de mujeres y de hombres, pero soy como medio terco, hasta que no me gusta alguien con todas las fuerzas, no agarro. Estoy conectado con el laburo, ya vendrá lo demás".
-¿Con qué soñás ahora?
-Uy. A ver... Sueño con profundizar Guapas, que el personaje crezca, hacerlo más gracioso, que siga respondiendo así, poder seguir aprendiendo. Tengo muchos deseos. Seguir en el Velma es otro.
-¿Te organizás bien con las grabaciones, más teatro, más estudiar libretos?
-Sí. Soy bastante pro con la alimentación, como muy poca carne, muchas frutas. En un asado de amigos, por ejemplo, como un pedacito, no soy de pedirme carne. Compro comida vegetariana por kilo... ja, ja. Además, ahora me compré una cinta de correr y la tengo en mi casa, ¡corro como un loco! Ese es mi deporte. Fue una gran inversión.
-¿Y del corazón cómo estás? ¿Algún amor dando vueltas?
-¡Cero! A nivel amor, estoy sin nada. Tengo ofertas de mujeres y de hombres, pero soy como medio terco, hasta que no me gusta alguien con todas las fuerzas, no agarro. Estoy conectado con el laburo, ya vendrá lo demás.