Jennifer Lopez no participará en la ceremonia inaugural del Mundial Brasil 2014, como estaba previsto inicialmente y algo que parecía que era obvio. Así lo informó el domingo pasado la FIFA.
No sería tan grave si JLo no fuera una de las cantantes que forma parte del trío elegido para la canción oficial de la copa del mundo We Are One (Ole Ola). Allí canta con Pitbull y la cantante brasileña Claudia Leitte. Ahora habrá que ver cómo se las ingeniarán para que esto no afecte la ceremonia de apertura del Mundial el jueves próximo en Sao Paulo.
El comunicado de la FIFA fue escueto y no informa el porqué de esta decisión: "Por problemas de producción, Jennifer López, una de las artistas de la canción oficial 'We Are One', no podrá participar en la ceremonia de apertura de la Copa del Mundo de la FIFA".
Mientras tanto, en buena parte de Brasil hay un caos social por este Mundial, ya que hay mucho desacuerdo con la cantidad de dinero que se gastó para el evento y eso se refleja con manifestaciones en las ciudades más importantes del país vecino, sedes de la Copa.
La ceremonia inaugural tienem previsto que dure 25 minutos y contará con la actuación de 600 artistas, incluidos gimnastas, acróbatas y bailarines de capoeira. El tema del Mundial se cantará igual sin la actuación de JLo, y el tema estará acompañado por el colectivo brasileño de tambores Olodum.
Pitbull no mostró su malestar e intentó mostrar su entusiasmo: "Cantar We Are One al mundo, especialmente en un país tan bonito como Brasil, será muy divertido. Pero más que eso, mostrará al mundo que la música es un lenguaje universal", dijo en el comunicado de la FIFA.
No es la primera vez que Lopez “boicotea” este gran acontecimiento ya que también se perdió cuando, en enero pasado, Pitbull y Leitte develaron los planes para la canción junto a funcionarios de la FIFA en Río de Janeiro.
JLo se perderá que la vean más de 60 mil personas, que asistirán a la ceremonia de inauguración de la Copa del Mundo en el nuevo estadio Arena Corinthians de Sao Paulo, antes del primer partido que disputarán Brasil y Croacia; y que se prevé que cerca de 1.000 millones de personas lo seguirán por televisión.