Diego Fidel Martínez es uno de los profesionales que trabaja en , programa conducido por Franco Bagnato, en Telefe. Sin proponérselo, a sus 34 años, le llegó una propuesta que lo tentó y lo catapultó directo a la TV, ¡y a la fama! Es que, hay que reconocerlo, a sus dotes médicas se suma su perfil "fachero" que ya le ganó una multitud de fans y piropos en redes sociales.
Sus días de trabajo en el Hospital Santa Lucía y en la Clínica Santa Isabel se adaptaron para poder incursionar en este nuevo desafío, totalmente impensado por él. "¡Fue muy loco! Son esas cosas que uno no espera, que se terminan dando solas y las tenés que hacer, porque por algo aparecen", le adelantó a Ciudad.com, en una entrevista en la que habló de todo.
El integrante de Doctores señaló cuál es su objetivo dentro del ciclo: "Si podemos prevenir que, por lo menos, a una persona le pase algo, el trabajo del programa ya está hecho".
- ¿Cómo te llegó la propuesta para ser parte de Doctores?
- Fue a través de las redes sociales y mediante un conocido. Me dijo que se iba a hacer un programa de médicos y me preguntó si me gustaría participar. Yo, totalmente descreído, porque nunca se me había cruzado por la cabeza hacer algo así, le pasé mi teléfono, comencé a ir a los casting y terminé quedando.
- ¿Cómo transitás esta experiencia? ¿Cómo te llevás con la exposición?
- Me estoy sintiendo muy cómodo. El canal -Telefe- nos trata súper bien, nos tienen una paciencia de oro. Pero por lo que me siento más cómodo es por el programa en sí, que apunta a ser un servicio para la gente.
- Justamente, el programa interactúa mucho con el público. Pero sabemos poco de vos, ¿qué nos podés contar?
- Tengo 34 años, nací en Bahía Blanca y me vine a estudiar a Buenos Aires a los 17. Hice la carrera, la residencia, congresos… Fui consiguiendo esas pequeñas cosas que uno va buscando cuando hace esta profesión. Luego, comencé a trabajar en el Hospital Santa Lucía; también formo parte del grupo de neurocirujanos de la Clínica Santa Isabel. Todo esto es lo que estoy haciendo a mi corta edad, recién me estoy armando. Hago la actividad normal de un médico promedio y en formación.
¿Sobre su estado sentimental? "Divorciado y sin hijos", cuenta. Y advierte que las conquistas no subieron tras su llegada a la TV: "Siguen en el mismo nivel, medio alto..."
- ¿Siempre quisiste ser médico?
- En realidad siempre quise ser algo relacionado a lo asistencial. Primero quise ser veterinario, cuando tenía 15 años. Pero cuando terminé la secundaria le dije a mi mamá que me quería hacer un test vocacional para saber si estaba bien orientado. Ese test me terminó dando que lo mío era lo humanístico: medicina, enfermería o alguna actividad relacionada al servicio y la salud. Así que tomé la decisión de estudiar medicina. En Bahía Blanca no estaba la carrera, entonces me vine a estudiar a Buenos Aires. Mis padres hicieron un esfuerzo muy grande para que yo pueda estudiar, porque no quisieron que laburara, sino que estudiara. No era fácil mantener a alguien en Buenos Aires sin un buen nivel económico, pero se pudo.
- ¿Te costó el desarraigo?
- No, tengo la característica de no extrañar y eso me beneficia. Al principio costó un poco, pero una vez que estuve acomodado, instalado, ya encontré mi lugar.
- Volviendo a tu especialización de neurocirujano, pero vinculándola con el espectáculo, ¿qué diagnóstico hacés de Mirtha Legrand?, que fue premiada el año pasado por la Fundación INECO con el "Cerebro saludable". ¿Su lucidez es genética o hay algún secreto para estar tan bien?
- La realidad es que, en principio, tiene que ver con un estilo de vida. Todas las elecciones que nosotros hacemos repercuten en la salud. Si ella ha sido una persona saludable y ha tenido hábitos, como por ejemplo no fumar, hacer una mínima actividad física diaria y estar siempre trabajando, eso ayuda. En este caso creo que ella hizo algo muy importante, al menos te hablo por lo que veo en los medios, que es trabajar. Y, por la edad que tiene, siempre se la ve con la misma capacidad. Creo que cualquier persona grande que deje de trabajar o cambie su rutina diaria, seguramente dejará de ser tan lúcida como lo es la señora Mirtha Legrand.
- Al ingresar en Doctores formás parte de un "show saludable", ¿qué opinión tenés de Cuestión de peso, un producto que también apunta a la salud, cuyo formato es un reality, por momentos polémico y cuestionado?
- Hay que hablar de las dos cosas. Por un lado, el programa tenía de bueno que le mostraba a la gente que se puede bajar de peso, que se puede curar la obesidad, porque la obesidad es una enfermedad, no un estado corporal por el que se cree que hay gente gorda o flaca. Y, en ese aspecto, el programa hizo mucho, porque incentivaba a decir que sí se puede adelgazar, que hay que ser constantes, que hay que tener control médico y hacer ejercicio. Después, todo lo que giraba alrededor de un reality -yo no veía el programa, pero lo conozco-, puede llevar a que sea cuestionado, porque, en definitiva, es un programa y busca que la gente lo vea. Yo no comparto la sobreexposición y el juego con las personas que están pasando por una enfermedad. Pero rescato todo lo positivo del programa, que te mencioné antes.
Como neurocirujano, Martínez elogió a Mirtha Legrand:"Siempre se la ve con la misma capacidad. Creo que cualquier persona grande que deje de trabajar o cambie su rutina diaria, seguramente dejará de ser tan lúcida como lo es la señora Legrand".
- Uniendo tu profesión con la actualidad, el 15 de mayo se cumplieron 4 años del ACV de Gustavo Cerati. Su familia y sus amigos esperan que despierte. Médicamente, ¿creés que puede despertar y reaccionar favorablemente?
- Siempre hay una visión doble. Desde el punto de vista médico estricto te tendría que decir que va a ser un camino muy largo y que las probabilidades de que tengamos al mismo Gustavo, que teníamos antes de que pasara el ACV, van a ser muy bajas. Desde el otro punto de vista, las esperanzas a la familia uno nunca se las puede sacar. No se puede afirmar que ningún cuadro va a revertir, pero va a ser difícil tener el mismo Cerati que tuvimos hace unos años.
- Ahora pasemos del cerebro... al corazón. ¿Cuál es tu estado sentimental?
- Soy divorciado, sin hijos.
- ¿Aumentó el poder de conquista con las apariciones en pantalla?
- Ja, ja (sonríe tímido). No, las conquistas continuaron en el mismo nivel.
- ¿Y ese qué nivel sería?
- Medio alto...
- ¿Te piropean mucho en la calle?
- En la calle no tanto, viene tranqui. Pero sí recibo muchos piropos en Twitter, de la misma gente que mira el programa.
- ¿Has tenido algún paciente famoso?
- Vimos al bajista, en su momento, de Catupecu Machu, que tuvo un accidente de tránsito que le provocó un traumatismo de cráneo grave, con muchas secuelas. A él lo operamos varias veces. También lo vi un par de veces a Fernando Cáceres, el futbolista, que tuvo una herida con arma de fuego en la cabeza.
- Por último, ahora que estás en la TV, ¿te gustaría continuar en el medio?
- La verdad, esto es nuevo y me gusta, así que deseo que el programa Doctores dure muchos años, o si no poder estar en un proyecto que sea de estas características, ya que los medios de comunicación son una gran herramienta de información y, si bien uno puede consumir lo que sea, nosotros los usamos para ayudar a la gente, para dar un servicio. Además, hacía mucho que no veía por televisión un programa como Doctores, que mezcla el show con información de medicina general, para que la gente entienda lo que tiene o lo que le pasa, para mejorar algunos hábitos y prevenir. Si podemos prevenir que, por lo menos, a una personas le pase algo, el trabajo del programa ya está hecho.