Si las declaraciones de María Eugenia Ritó en su última entrevista con Intrusos fueron shockeantes para el público, no fue menor tampoco el impacto para su familia. Mientras que su ex marido, Marcelo Salinas, se llamó a silencio sobre los dichos de la vedette (aseguró, por ejemplo: “Fui gato, prostituta. Mi marido me conoció como cliente”); su hija Alejandra rompió el silencio en Facebook.
“Hay una gran diferencia entre la gente que nace con mala suerte y la gente que nace con mala leche. Aunque se trate de acompañar, ayudar y que se haga todo lo humanamente posible para espantar demonios, el peor infierno está en su propia cabeza”, escribió la hija de Marcelo.
Horas después, Ritó salió al cruce de su mensaje vía Twitter: “Entiendo que la hija defienda a su padre, pero evidentemente desconoce parte de nuestra historia (intimidades como matrimonio). Si todo llegó hasta donde llegó, es por culpa de los dos. Acá hay un 50 y 50”, arrancó la vedette.
“Yo NO soy ningún demonio ni tengo mala leche. Reitero: no se puede hablar cuando se DESCONOCE temas de pareja. Punto”, twitteó, enojada, ¿y dando por terminada la polémica?