La semana pasada, Celina Rucci decidió hablar a corazón abierto de su conflictiva situación familiar ante las cámaras de AM. En una nota y un móvil con Pía Shaw, la protagonista de Sé infiel y no mires con quién confesó que no veía a sus hijas adoptivas, Noelia (15) y Daniela (16) hacía 45 días.
Las niñas no viajaron a Mar del Plata tras las Fiestas y como lo habría arreglado Celina con su ex marido, Claudio Minnicelli. Para colmo de males, también se había cortado el diálogo telefónico: “Yo soy la adulta y la que tengo que seguir viendo de qué manera puedo terminar de conquistar estos corazones”, había dicho Rucci entre lágrimas.
"Pudimos hablar. Tengo esta herramienta que son los medios de comunicación, donde yo pertenezco. Y pude retomar el diálogo con ellas, por suerte".
Los días pasaron, las aguas se calmaron y su mensaje llegó a sus destinatarios: “Pudimos hablar. Tengo esta herramienta que son los medios de comunicación, donde yo pertenezco. Y pude retomar el diálogo con ellas, por suerte”, contó este martes Celina en AM.
El reencuentro, al menos telefónico, emocionó a la actriz: “Yo las amo y voy a respetar siempre sus decisiones. Me llamaron y está buenísimo. Lo que dije en la nota fue básicamente que las extrañaba”.
Nuevamente, el eje del conflicto se centró en la relación con su ex: “El problema real es con una persona adulta, yo me separé hace dos años y nunca hablé del tema porque elijo la paz y no la guerra. Las chicas no están secuestradas ni mucho menos, están con el padre y en una edad en la que la figura paterna es muy fuerte”.
“Tampoco pueden subirse a un avión solas, necesitan un adulto que las aconseje bien y les diga ‘pasaste enero con tu papá, andá y pasá febrero con tu mamá’. Viendo y considerando que las cosas no se están dando así, voy a empezar con las acciones legales que tendría que haber hecho hace mucho tiempo”, adelantó.
La reflexión de Celina también fue conciliadora: “Fue una temporada difícil, que hay que ir acostumbrándose. Como yo muestro que está todo bien, mi familia no tiene la culpa de no darse cuenta que por dentro me pasan cosas que no están tan buenas. Me cansé de sufrir por cosas que no me merezco”.