Se la escucha relajada, feliz, segura. María Fernanda Callejón (47) dará uno de los grandes pasos en su vida junto a Ricky Diotto (35), su pareja desde hace más de tres años.
"A los cuatro meses de estar de novios, Ricky me propuso casamiento. Largué unas lágrimas, no me lo esperaba".
El 14 de febrero, Día de los enamorados, es la fecha elegida para que la actriz y el músico den el sí en el Registro Civil, rodeados de amigos y familiares.
María Fernanda le contó a Ciudad.com más detalles de la boda y el gran festejo que llegará en septiembre.
- Primero, felicidades. Segundo, ¡contanos más de tu casamiento!
- Estamos muy felices. El 14 de febrero es la fecha elegida por Ricky para que tenga una simbología. Lo veníamos postergando y nos decidimos. Haremos un civil con una fiesta íntima con amigos y familia, unas 70 personas, en el sum de mi casa, que es un lugar muy lindo. Va a ser una fiesta corta porque a la noche trabajo, tengo teatro en el Picadilly (donde hace Algunas mujeres a las que les cagué la vida). En septiembre va a ser la "gran boda gran". Estamos organizando todo nosotros, la logística y detalles. Estoy con mucha ansiedad, los dos estamos muy ansiosos, pero muy muy felices.
"Después de lo que nos pasó (perdieron un embarazo), pensé 'o se va todo al diablo o nos hacemos más fuertes'. Me di cuenta del hombre que tenía al lado por los huevos que tuvo; pasamos esa prueba y él siguió insistiendo en casarse".
- ¿Cómo fue la propuesta?
- A los cuatro meses de estar de novios me lo había propuesto, mientras hacíamos la comida en casa. Puso el tema Isn't she lovely? de Lionel Richie, me invitó a bailar lento y me dijo al oído si me quería casar con él. Hace tres años que convivirmos y desde ese día no nos separamos. Yo sentía lo mismo y no hubo una respuesta concreta. Largué unas lágrimas, no me lo esperaba, e inmediamente quedamos embarazados y después de lo que pasó (perdió su embarazo, y luego fue diagnosticada con trombofilia) dije o se va todo al diablo o nos hacemos más fuertes. Me di cuenta del hombre que tenía al lado, hablando mal y pronto, por los huevos que tuvo, pasamos esa prueba y él siguió insistiendo en casarse...
- Y te dejaste convencer...
- ¡Sí! En realidad fue mutuo. A fines de 2013 fuimos a Río de Janeiro de vacaciones y yo quería hacerle una sorpresa por su cumple (fue el 27 de diciembre). Estaba buscando por toda la ciudad un restaurante para sorprenderlo y más tarde me di cuenta que él estuvo haciendo lo mismo, y me terminó sorprendiendo él a mí ¡con los anillos y la fecha! Así que ni bien vinimos a Buenos Aires, empezamos con la organización.
- ¿Y la despedida de soltera?
- Las chicas de Algunas mujeres... me la organizan el viernes 7 de febrero, después de la función. Me llevan ellas a algún lugar. ¡Me van a sorprender!
- ¿Qué otros detalles nos podés contar de los preparativos: vestido, comidas, invitados?
- A ver... ya tenemos los anillos que tienen un valor agregado. El abuelo de Ricky, que ya no está, era escritor y le regaló una medalla de oro suya antes de dejar este mundo y le dijo que use ese oro para hacer los anillos de su casamiento, así que tiene toda una simbología. Del vestido, no voy a decir el color porque va a ser una sorpresa, pero sí te puedo contar que me lo hace Verónica Far. Ya hicimos dos o tres pruebas, es un civil así que va a ser tranqui. Los zapatos me los regaló Luciano Marra, son stilettos de la colección nueva, me va a maquillar Maby Autino, que también me lo va a hacer como su regalo. Mi marido se compró un traje de Cristian Lacroix. Ambos diseños son muy tradicionales pero con una vueltita moderna. Después, mi sobrina tiene una casa de repostería que se llama Dulce Callejón, en Necochea. Ahí hace fiestas de 15, bautismos pero bodas no, pero a mí me regala la mesa dulce, con toda la temática de San Valentín. Yo pienso que el amor no es para siempre, es para todos los días. Hicimos una pareja hermosa y estamos felices.
- ¿Los testigos?
- Los testigos van a ser cuatro. Los míos: Ale Campos, mi estilista, y una de mis mejores amigas, Karina Callejón, que más que una sobrina es una hermana más. Y los de Ricky: su hermano Tomy y su mejor amigo. Además, van a venir mis suegros, mi papá, mi hermana, el resto de las familias y amigos. Y la nochecita me llevo la mitad de los invitados al Picadily para la función.
- ¿Estás feliz?
- ¡Sí! Casarse a los 47 es casarse conscientemente y sé que no me equivoqué con el hombre que elegí.