Rodrigo se convirtió en un símbolo de la música cuartetera en Argentina. Logró conquistar los corazones del público y en poco tiempo logró fama y dinero; pero la muerte lo encontró temprano. Trece años más tarde, su mamá, Beatriz Olave, cuenta cómo es su realidad.
En diálogo con la revista Paparazzi, Olave relató lo que podría definirse como su peor momento: deudas con servicios públicos, la casa que compartía con el músico en Argüello está en ruinas y convive, además, con un gran vacío familiar.
"Estoy preocupada porque no sé cómo solucionarlo. No tengo plata para pagar lo que se debe, pero sí la voluntad. Gano alrededor de 3 mil pesos mensuales, 1.700 de jubilación y el resto de trabajitos que voy haciendo a medida que salen. En una época estuve vendiendo ropa en la puerta de casa. Ya no me queda nada por vender. Todo lo que quedó de Rodrigo ya no está y las joyas que tenía ya las vendí todas".
"Me creo un mundo de fantasías para seguir adelante. Me gustaría comerme un rico helado o irme de vacaciones. Sólo veo lo que pasa en Mar del Plata o Carlos Paz por la televisión, esas son mis vacaciones"
Por eso, pide ayuda: "Necesito trabajar de lo que sea, no tengo ningún tipo de requisito. Lo que estoy viviendo ahora me hace recordar a cuando comenzó mi vida. De chiquita aprendí a rebuscármela con la comida. Pero ni siquiera puedo tomar algo fresco porque no andan las heladeras. Es lo que me tocó".
Para intentar sentirse mejor, Olave relata: "Yo me creo un mundo de fantasías para seguir adelante, pero sólo tengo delante de mis ojos el verde del pasto. Me gustaría comerme un rico helado o irme de vacaciones. Sólo veo lo que pasa en Mar del Plata o Carlos Paz por la televisión, esas son mis vacaciones".
Hace pocos días, en el programa televisivo Bien de Verano, la mamá de El Potro contó que su familia tampoco la ayuda: "Mis hijos no llaman ni para preguntar cómo estoy. Nadie me viene a ver ni me llama. Si me pasa algo, se van a enterar por televisión".