La noticia de la muerte de Juan Carlos Calabró golpeó esta mañana con fuerza a sus colegas y a su público fiel. En medio del más profundo dolor y con la gentileza que las caracteriza, Iliana y Marina Calabró hablaron con la prensa a la salida del Hospital Británico donde el genial capocómico pasó sus últimos días.
Marina: "Creo que hubiera querido que se lo recuerde como alguien que alguna vez hizo reír a un niño. Mi viejo fue un hombre digno, de bien".
La primera en hablar con Baires Directo fue Marina: “Estamos muy tristes, la verdad es que era un momento que los médicos ya nos habían anunciado pero uno no se resigna. La tranquilidad que me queda es que batalló como nadie, uno de sus médicos me dijo que nunca tuvo un paciente tan batallador como Cala. Esa batalla la dio por el amor que nos tiene y porque nosotras se la exigíamos. Esa batalla fue su último regalo para nosotros”.
“Creo que hubiera querido que se lo recuerde como alguien que alguna vez hizo reír a un niño. Mi viejo fue un hombre digno, de bien, que nos deja su ejemplo y que creo que está un poco en el corazón de todos. Su gran virtud fue haber hecho bien las cosas en la vida y haber cosechado esto. Hoy creo que estamos todos un poco tristes”, concluyó la hija menor de Cala, visiblemente quebrada.
Iliana: "Le dije que le prometía que siempre me iba a ver feliz y que se fuera tranquilo porque Coca va a estar muy bien".
Minutos después, Iliana dialogó con la prensa, como se pudo ver en Desayuno Americano: “Le dimos el sábado la extremaunción con un padre. Había terminado este recorrido que hizo sembrando amor y felicidad. Ahora lo sigue y seguro Dios lo va a recibir. A todos gracias por el respeto y sus mensajes de fuerza. Gracias a todos los que han donado sangre y que lo sigan haciendo. A todos sus médicos, que estuvieron ahí hasta último momento. No lo dializamos el sábado porque creíamos que era ir contra Dios. La medicina es sabia y sabe hasta dónde llega…”, afirmó.
Entre lágrimas, la actriz recordó qué fue lo último que le dijo a su papá: “Le dije que le prometía que siempre me iba a ver feliz y que se fuera tranquilo porque Coca va a estar muy bien. De eso se trata: de apuntalar a mamá. Es una vida juntos. Una vida maravillosa con un final maravilloso porque jamás se quejó de un dolor. Se fue tranquilo y en paz. Todo el amor de sus seres queridos es algo que él sembró y que tuvo la gran dicha de disfrutar hasta el final”.
“Hizo las cosas bien y Dios le regaló una vida maravillosa. También una despedida maravillosa, rodeado de amor. Lo voy a recordar como el padre que cualquiera querría tener”, dijo antes de despedirse y agradecer una vez el amor de la gente.