"Yo no siento que sea irrespetuoso ni agresivo. Cuando me rio los famosos me están viendo, y me saludan fuera del aire. Pero tengo mi límites de no ser hiriente ni desubicado".
Es la voz histórica de Intrusos, aquel locutor que, desde hace 9 años, presenta con mucho histrionismo a Jorge Rial y se luce con ácidos comentarios en off desde otro nivel, como si fuera un espectador más.
Detrás de ese personaje está Héctor Rossi, un locutor que impone su sello en la tele y en la radio. En Radio Cooperativa conduce Primera cita (una emisión para solos y solas que ya tiene 11 años al aire y un buen prontuario: una pareja se conoció ahí, se casó y lo eligió a él como padrino) y No da, donde despliega la misma mirada humorística e irónica que tiene en Intrusos sobre la farándula argentina.
En una charla distendida con Ciudad.com, Rossi contó es el día a día en el estudio, reflexionó sobre el rol del locutor en televisión y, como yapa, mostró otra faceta como gran imitador (ver video). "Trato de capturar lo más cómico de algunos personajes, como Pity Alvarez o Marcelo Bonelli, y agregarles rasgos de mi propia personalidad", resumió sobre esta habilidad.
-Los locutores y humoristas en televisión están teniendo una gran presencia en los programas, como pasa también con Javi Fernández en Sin Codificar. ¿En qué cambio tu rol desde que empezaste en Intrusos?
-Yo siento que tanto Javi como yo, no es que cambiamos el rol, sino que impusimos nuestra manera de ser al micrófono. Al principio, quizás, yo la jugaba de tímido al aire: me limitaba a hacer lo que me pedían. Pero una vez que se empieza a generar confianza con el estar todos los días al aire y tantas horas, es imposible que uno no transmita su esencia. Uno trasmite lo que es al aire y fuera del aire, con el público, con los cámaras, con la gente del canal.
"Jorge (Rial) me nombra, habla conmigo… Pocos conductores le dan ese lugar al locutor, integrándonos al piso. El año pasado me había propuesto ser panelista, pero yo sentía que iba a matar este personaje".
-Pero vos no tuviste siempre tanta presencia en Intrusos...
-No, hubo un quiebre. Jorge (Rial) se cag… de risa con las cosas que yo comentaba fuera del aire y un día dijo: “Che, esto que dice Héctor es gracioso, déjenle el micrófono abierto”. Y a partir de ahí se dio esto de poder comentar. Yo hablo arriba de los tapes, tengo el micrófono abierto todo el tiempo. Tengo la confianza de él, que le gusta lo que hago, y de la producción del canal. La vuelta es buenísima, la gente tira muy buena onda.
-¿Alguna vez te pasó de tener algún exabrupto y que te hayan querido frenar el humor o la mirada ácida que tenés sobre los temas o los personajes?
-Yo no siento que sea irrespetuoso ni agresivo. Cuando me río, los famosos me están viendo y me saludan fuera del aire. Los jodo al aire y tenemos la mejor, incluso con los panelistas. La idea, o al menos mi idea, es reírnos todos de todo. Cuando la pelota viene para mi lado, Jorge me escucha, me integra y los panelistas me habilitan a participar. Se genera un clima en el que me siento re cómodo. Igual, obviamente que tengo mis límites de no ser hiriente ni desubicado. No digo cualquier cosa.
-¿Cómo es tu relación con los famosos o la fama?
-No soy cholulo y por eso funciona tan bien ese lugar que tengo en Intrusos. Yo siento que somos todos iguales, personas. Muchas veces hice chistes fuertes con Matias Alé. Cualquiera se podría ofender con mis comentarios, pero el tipo se mata de risa y me dice que le gusta lo que hago. La bajada es “riámosnos de todo”.
"Como imitador trato de capturar lo más cómico de algunos personajes -como Pity Alvarez o Marcelo Bonelli- y agregarles rasgos de mi propia personalidad".
-¿Y cómo te llevás con Rial?
-Jorge me nombra, habla conmigo… Pocos conductores le dan ese lugar al locutor, integrándonos al piso. El año pasado me había propuesto ser panelista, pero yo sentía que iba a matar el personaje, que tiene como mucha presencia. Y es el lugar donde más cómodo me siento.
-Además de locutor sos muy buen imitador. ¿Cómo nació esta faceta?
-En realidad no puedo ponerle limites al locutor o definirme como imitador. Viene desde chico... En séptimo grado hacía las voces de los personajes de historietas de todos los diarios y en el secundario imitaba a los profesores. Yo trato de capturar lo más cómico de algunos personajes -como Pity Alvarez o Marcelo Bonelli- y agregarles rasgos de mi propia personalidad. De hecho mi primer trabajo en medios fue en El Show de Boca, en radio Mitre, donde imitaba a todos los jugadores. Después pasé por Radio Del Plata como imitador en el programa de Alfredo Leuco y de Sergio Lapegüe. Además, en televisión le puse la voz a varios personajes en una serie de animación que salió por Canal 9 que se llamaba El club de los famosos, donde compartí micrófono con Martin Bilyk y Ariel Tarico, que son imitadores en serio.
-¿Cómo te gustaría que siga tu carrera?
-Yo me siento un comunicador, o sea que podría haber sido periodista o actor. Además de seguir en Intrusos, en el corto plazo me gustaría seguir por la radio. Me gustaría hacer No da en alguna FM, o tener algún programa donde pueda combinar todas mis facetas: la de conductor, la interacción con personajes y usando el humor y la ironía. Me gustaría comunicar, ser genuino, verdadero, ya sea delante de la cámara o en off.
-Lo expresás casi como una necesidad o como una elección de vida y de carrera.
-Sí, es así. Es que además soy bastante espiritual. Yo siento que cada uno tiene un propósito en la vida. Yo elegí esta vocación para dejarle algo a alguien. Por eso, cuando en Primera cita generé que dos personas grandes se conozcan, es como que se cerró el círculo. Yo sé cuál es mi propósito y miro al mundo desde ahí. Esto de hacer reír no tiene que ver con reírse de la gente. Tiene que ver con contagiar la buena onda.