Durante muchos años Marcelo Palacios (46) era llamado "gordo" por sus colegas del ambiente, pero ahora ese apodo dejará de ser descriptivo para convertirse en un afectuoso sobrenombre heredado del pasado. Tras mostrarse en el casamiento de su amigo Gastón Recondo, el periodista deportivo, casado con una psicóloga llamada Lucía (29) y padre de Juana (4 meses) sorprendió por la transformación de su cuerpo al bajar 54 kilos, y le contó el proceso a Ciudad.com en una charla íntima: "Mido 1,79 metros y hoy peso 101 kilos. El pico máximo que pesé fueron unos 155 kilos".
"Hoy peso 101 kilos. El pico máximo que pesé fueron unos 155 kilos".
-¿Qué tipo de tratamiento hiciste?
-Me hice un bypass gástrico el 15 de marzo. Pero primero arranqué con una dieta común para bajar la cantidad de calorías diarias que comía. Después hice una dieta líquida porque tenía que llegar al quirófano habiendo adelgazado el 10 por ciento de mi peso. Me operó el doctor Oscar Brasesco en la clínica OCMI.
-¿Cómo surgió la idea?
-Yo me fui de vacaciones a ver a un amigo en Nueva York que justo se había hecho el bypass gástrico sin que yo lo supiera. Me contó que se internó el viernes y el domingo ya estaba en su casa. Ese fue mi primer llamado de atención, darme cuenta de que esa cirugía no era tan jodida. De todas maneras, siempre había dicho que cuando quedara embarazada mi mujer me iba a operar, como para recibir a mi hija mejor preparado. Porque si bien no tenía problemas de salud, estaba acostumbrado al sobrepeso. Al volver, veo al médico, arranco la dieta y al regresar de trabajar en Mar del Plata ya había bajado 4 kilos.
"Quizá me reconvertí en adicto a cambiar de ropa, elegir los más colores de los pantalones".
-¿Cómo continuaste alimentándote después de operarte?
-Primero fueron nutrientes líquidos, después un tanto más espesos. En la tercera etapa fueron comidas trituradas con multiprocesadora, estilo papilla de bebés, pero pollo o pescado con queso crema. Luego ya sí pollo con ensalada, posteriormente llegó la carne vacuna. Al final, recién hace un mes normalicé la dieta, la completé incorporando harinas.
-Además del apoyo de tu esposa, ¿hiciste algún tipo de preparación psicológica para reconocerte delgado en el espejo después de toda una vida como obeso?
-A ver, lo raro de mirarme al espejo es de hace poquito tiempo, porque yo siempre hice dietas. En el pasado con el doctor Máximo Ravenna llegué a bajar 30 kilos de forma muy sana, pero después los volvía a aumentar. El peso de ahora hace 25 años que no lo tenía, pero sí he tenido pesos similares. Entonces, el que menos nota los cambios soy yo. Es la gente que te reconoce en la calle la que se sorprende y pregunta qué hice.
-Habrás cambiado casi todo tu vestuario después de adelgazar tantos kilos, ¿no?
-Todos mis amigos gordos están de para bienes. Yo tenía mucha ropa, y acá en Argentina me salvaba Big and Tall, donde compraba y me mandaban trajes especiales para mi contextura física. Lógico que también tenía que comprarme prendas en Estados Unidos, donde hay más casas con talles y diseños a la moda para personas como yo. Todo eso lo fui regalando. Ahora he estado comprándome ropa, porque soy bastante pilchero. Me pasó de comprarme jeans, mandar a hacerles el dobladillo y al probármelos me quedaban grandes por los resultados del tratamiento. Porque en los primeros dos meses bajé 22 kilos.
"Ahora que me acomodé y Juana tiene 4 meses y medio tendré que hacerme el tiempo para hacer ejercicio".
-¿Tuviste cambios de humor o anímicos durante este proceso que te hayan señalado familiares o amigos?
-No, para nada. Fue todo bastante natural. Yo ahora sigo alimentándome normalmente, nada más que en porciones más pequeñas, porque tengo el aparato digestivo también más chico. Al margen de que continúo bajo la supervisión de dietistas, cirujanos y me someto a todos los estudios de rigor. Si yo quisiera comer empanadas, por ejemplo, puedo comer una y media porque ya siento la sensación de saciedad.
-Entonces, pasando en limpio, ¿no es que estás sufriendo o pasando hambre?
-En absoluto. Por un lado, como dije, tengo el estómago más chico. Por otro lado, cambié el habito, ya que ahora selecciono lo que como. Digamos que me volví un “gourmet”, lo poco que como tiene que ser con proteínas, trato de que sea sano.
-¿Ya tenés naturalizada la conducta alimenticia? ¿O especulás qué comer cada vez que te agarra hambre?
-Estoy cada vez menos pendiente de eso. Al principio, cuando iba a la radio me llevaba el yogurt, la banana para incorporar potasio al mediodía al salir de La Red para TyC Sports. De ahí me voy a almorzar a mi casa de Núñez a eso de las 4 de la tarde. Aunque ahora ya puedo pedir una hamburguesa con tomate. Con el paso del tiempo se hace todo más natural.
"Ahora ya puedo pedir una hamburguesa con tomate. Con el paso del tiempo se hace todo más natural".
-Se dice que uno reemplaza una adicción por otra. ¿Te pasó?
-No. Nunca fumé, ni fumo ahora. No era de tomar alcohol y tampoco lo hago ahora. Todavía no he descubierto la adicción que reemplace a la comida. Quizá me reconvertí en adicto a cambiar de ropa, elegir los colores de los pantalones... Tampoco se me dio por quemar adrenalina con viajes.
-Imagino que estarás haciendo deportes para afianzarte...
-No, esa es mi cuenta pendiente. Es lo único que no hago y debería hacer. Es absolutamente recomendado por los médicos, no sólo para eliminar grasas, sino también para moldear la masa muscular. Pero atiendo a mi hija, me despierto a las 6 de la mañana para ir a la radio con Jorge Rial de 9 a 12. Hago Estudio Fútbol de 13 a 15, termino de almorzar en casa y hago Un buen momento con Gustavo López en La Red de 18 a 21 hs. Entonces, llego tipo 21.45 a casa… Ahora que me acomodé y Juana tiene 4 meses y medio, tendré que hacerme el tiempo para hacer ejercicio.