Atrás quedaron las corridas de los paparazzis y la negativa a hablar de su vida privada: Mariano Martínez (34) creció frente a la mirada del público y hoy no duda en contarle al mundo el gran momento personal que atraviesa.
"Milo es súper simpático, siempre está bien. Si venís con un tema complicado o estás mal, él te echa una sonrisa siempre".
Así, feliz, se lo puedo ver en la tapa de la revista ¡Hola! Argentina, que el galán ilustra junto a su hermosa familia, compuesta por su mujer Juliana Giambroni (24) y los hijos de la pareja: Olivia (3 años y medio) y Milo (5 meses).
Justamente, la producción de fotos para la publicación es la presentación oficial del pequeño: “Este es el momento más pleno e intenso de mi vida, lisa y llanamente”, declara en una entrevista en la que deja en claro que nada le importa más que la familia.
¿En qué lo cambiaron sus hijos? “¡Todo! ¡Un hijo te enseña! Para ser padre es necesario dejar el ego de lado, hay que correrse. Si tus hijos están bien, están felices, eso es lo verdaderamente importante. Empezás a valorar las pequeñas cosas de la vida”, asegura Mariano.
El actor no duda al comparar su paternidad con la de sus propios padres: “Ellos eran muy jóvenes cuando nací, tenían 16 años. Si yo hubiera tenido un hijo a los 16, quizás hoy no nos hablaríamos… No sé cómo me hubiera manejado. Después hay otras cosas que no las comprendo y no las voy a comprender nunca, pero aprendí a perdonar. El perdón es todo”.
Mariano abre su corazón y habla sobre la relación con su mamá y su papá (Ricky Martínez, involucrado en la famosa causa de la efedrina): “Yo soy más de mi propia familia, pero tengo buen vínculo con mamá. Pensá que yo empecé a trabajar de chiquitito y eso generó una gran dependencia con ellos. Siempre quise ayudarlos y finalmente terminó jugándonos en contra”.
"Juliana es una compañera de lujo, una diosa por dentro y por fuera. Siempre tira para adelante, es una madraza. ¡Cómo no estar loco de amor por ella!".
“ Pero, bueno, soms buena gente y cada uno lo fue manejando como pudo. Hoy estamos bastante comunicados, lo más unidos posible… Con mi viejo está todo bien, no me veo, nos mandamos mensajes, pero no hay una relación fluida y cotidiana”, confía en la nota.
Contento con su presente, Martínez explica por qué decidió mostrar a su familia: “Está bueno que sepan que tenemos la misma cotidianidad que cualquier familia, los mismos temas, preocupaciones (…) Tengo una familia increíble, se las presento, es un orgullo”.
“Mis hijos coronaron la gran historia de amor con Juli. Milo es súper simpático, siempre está bien. Si venís con un tema complicado o estás mal, él te echa una sonrisa siempre, viene con energía positiva de la que es bueno contagiarse. Sin hablar te da el ejemplo de que es ser feliz”, agrega.
¿Y qué lo enamora de Juliana? “Lo buena persona que es. Es una compañera de lujo, una diosa por dentro y por fuera. Siempre tira para adelante, es una madraza. ¡Cómo no estar loco de amor por ella!”.
Eso sí, no esperemos otra producción en un futuro con un nuevo integrante de la familia, ya que la pareja prefiere no tener más hijos: “No, estamos bien así. Ser cuatro es un buen número, es armónico. Además, los chicos van creciendo y así podemos disfrutar de todas las etapas… Si tenemos otro bebé es empezar todo de vuelta, con la tensión que genera la llegada de un hijo. Juli y yo tenemos la misma idea, así que vamos a plantarnos acá”.