La actriz española Belén Rueda (48), reconocida por su actuación en el distinguido film Mar Adentro, visitó la Argentina para promocionar Séptimo, un intenso thriller protagonizado por Ricardo Darín.
"Mi personaje no habla mucho, pero sin embargo tiene muchas cosas que contar. Es un reto, porque parece que solo podemos expresar lo que sentimos o lo que queremos con palabras."
La trama cuenta la desaparición abrupta e inesperada de los dos hijos de Sebastián (Darín), justo cuando jugaba con ellos a ver quién llega primero a la planta baja desde el séptimo piso. Ellos van por escaleras y él por ascensor, pero al llegar abajo, los chicos no están. La situación desencadena una búsqueda desesperada en donde todos los allegados se convierten en sospechosos.
Rueda interpreta a una madre fuerte, decidida a divorciarse de su marido (Darín), que padece la situación desde un plano más pasivo, ya que es él quien toma las riendas de la situación. En diálogo con Ciudad.com, la actriz habló de la película y adelantó el personaje que hará en Ismael, la próxima película en la que participará, dirigida por otro argentino: Marcelo Piñeiro.
-¿Qué te atrapó del guion de Séptimo?
-Me gustó mucho el desencadenante de la historia, que una cosa tan habitual o cotidiana como puede ser un juego con tus propios hijos se convierta en un infierno, como es en la desaparición de tus hijos. Era un reto también porque en el libro mi personaje no hablaba mucho, pero tenía muchas cosas que contar. Es un reto porque parece que solo podemos expresar lo que sentimos o lo que queremos con palabras, y cuando te impiden hablar es un poco más complicado.
"Teniendo a Ricardo Darín enfrente es increíblemente fácil trabajar. Nos entendimos desde el primer momento, hubo mucha química".
-¿Te ayudó tener al frente a Darín para lograrlo?
-Sí. Es verdad que teniendo a Ricardo Darín enfrente es increíblemente fácil trabajar. Nos entendimos desde el primer momento, hubo mucha química. Y eso nos ayudó mucho a crear una realidad de una pareja que llevaban mucho tiempo, que se han separado, que parecen que pueden volver a estar juntos.
-Más allá del trasfondo que hay en la trama, tu personaje nunca se quiebra a pesar de la dramática situación. ¿Cómo hiciste para manejar esa tensión entre la fortaleza de ella y lo que le pasa?
-Es curioso, porque yo como Belén hubiera llorado todo el tiempo. Hubo unos ensayos y reuniones con el director antes de empezar que son muy importantes, y yo discutía diciéndole que si mi personaje no grita en algún momento con su pareja, si no se enfada con él, parece que no es creíble. Pero por otro lado me gusta también la opción de que no sea lo que esperás de ese personaje.
-Cambiando de tema, también grabaste en España con el director Marcelo Piñeiro, que también es argentino. ¿Cómo fue esa experiencia?
-Creo que hay pocos directores como Marcelo Piñeiro. Es el director que a los actores nos parece el mayor regalo porque es director de actores. Hay momentos en que tienes la sensación de que estás haciendo una obra de teatro más que de rodar una película, porque hicimos ensayos al principio pero después, cuando estábamos rodando, él te daba varias opciones si querías. A mí me encanta eso, porque te permite probar. Me enseñaron el tráiler antes de viajar para acá. El decía: “yo escribí el guion y la película es otra”. Es como dicen muchos directores: hay tres películas: en el guion, en el rodaje y en el montaje. Además en el film soy abuela por primera vez.